16.7.06

NUESTROS POLÍTICOS


Leo en Libertad Digital que el secretario general del PSE de Álava llamó este domingo a los ciudadanos a "rebelarse" contra el PP porque "no tiene ningún sentido de la democracia ni ningún límite" Este llamamiento se debe a la aparición en un vídeo-homenaje a Miguel Ángel Blanco de una imagen en la que aparecer unidos los símbolos del PSOE y de ETA. Lo más curioso de todo es que éste símbolo apareció hace días en el diario Gara y entonces éste dirigente no tenía nada que decir. Quizás sea porque a su modo de ver los redactores de Gara si tienen sentido de la democracia. Quién sabe... Una vez más podemos ver como el PSOE dedica más tiempo a pensar como puede perjudicar al PP que a gobernar.

Pero lo que quiero denunciar es la propia actitud de los políticos, que no dudan en enturbiar la vida política de un país si con ello pueden conseguir más escaños, más dinero, más puestos en los que colocar a amigos y familiares... Sinceramente creo que la vida en éste país sería mucho más tranquila sin unos políticos que llegan incluso a inventarse de la nada problemas inexistentes en el desarrollo cotidiano de la vida de las personas. Un ejemplo de ellos podría ser el estatuto de Cataluña, apoyado únicamente por la tercera parte de los catalanes porque el resto ni siquiera se tomaron la molestia de ir a votar porque estarían en la playa o durmiendo la siesta. O simplemente porque estaban tan hartos de oír hablar a todas horas del “Estatut” que sólo estaban deseando que llegase el día del referéndum para olvidarse del tema. O el estatuto andaluz, que define a Andalucía como “realidad nacional” una zona que nunca ha puesto en duda su españolidad.

Ese es el problema, que los ciudadanos y los políticos viven en mundos diferentes. La gente únicamente quiere vivir pacíficamente, dedicarse a sus aficiones y solucionar los problemas cotidianos. Dudo mucho que el ciudadano de a pie de cualquier provincia o comunidad autónoma española se pregunte cuando se levanta de la cama si el lugar en el que vive es un ente regional autónomo, una realidad nacional, una nacionalidad histórica o una región con particularidades y rasgos diferenciadores. Gran parte de la crispación social que se está viviendo en éste país la han creado los políticos, que luchan encarnizadamente por un escaño, por un sueldo regalado y por perpetuarse en sus cargos. Viven en un mundo completamente diferente al del resto de ciudadanos.

Lo más curioso es que, cuando estalla el polvorín que ellos mismos han fabricado, ningún de ellos se encuentra entre quienes apagan el fuego. Todavía recuerdo cuando leí un artículo sobre el 23-F en el que se decía que los políticos del PNV fueron descubiertos tomando a escondidas un barco que les condujese a Francia. Lamentable. Eso es lo más bajo que pueden caer, aunque generalmente suelen estar presentes en otra clase de acontecimientos a los que acuden asiduamente. Uno son las romerías-comilonas en las que nunca faltará un político con un plato del guiso de turno apareciendo en la primera página de la sección de noticias locales de cualquier periódico. Ahí están todos, en corrillos, intentando camelarse los unos a los otros para conseguir un ascenso, una colocación para su primo o una recomendación para su hijo. También están muy sensibilizados con el tema de las inauguraciones y “la primera piedra”: especialmente sensible es este tema para ellos porque conviene aparecer en la foto para que la gente piense que esa obra fue posible gracias a ellos.

Aparte de todo esto hay que añadir que la mayoría tienen un nivel cultural deplorable, deleitándonos a menudo con declaraciones carentes de concordancia gramatical o sintáctica. Frases que les rebajan prácticamente al nivel de analfabetos funcionales. A veces incluso acompañadas de tartamudeos o balbuceos. Y es que, al tratarse de una actividad en que la honradez brilla por su ausencia, la gente brillante prefiere dedicarse a temas más provechosos para no acabar atacados de los nervios con cincuenta años. Y de ésta manera dejan vía libre a todos los analfabetos e incompetentes que están dispuestos a cobrar un sueldo por no hacer absolutamente nada. Quizás eso sea lo que explique la ausencia de políticos brillantes en la vida política española, algo que no sucedía por ejemplo en la época de Canovas o Sagasta.

6 Comments:

At 17/7/06 1:11 a. m., Blogger El Espantapájaros said...

Acertadamente habla usted de nuestros políticos, que ni uno debiera salvarse, por lo inepto, por lo aprovechado y por lo partidista. Nuestro sistema, las listas electorales cerradas, por ejemplo, les ha animado a corromperse (eso y el control casi total que mantienen sobre la Justicia), y a convertirse en meros esclavos del partido, automátas que sólo se miran el ombligo cuando no están mangando (esto parece que se da más entre los del PSOE, que se cansaron de las chaquetas de pana cuando llegaron al poder).

La famosa crispación, tan mencionada, desaparece a la hora de acordar darse entre ellos el máximo de pensión aunque no hayan cotizado lo suficiente. Ahí todos los grupos están de acuerdo, en ésa y otras ventajas fiscales. Y luego vuelven a insultarse, pero me da que es de mentirijillas. No se les cae la cara de vergüenza.

Habla usted de los tiempos de la Restauración. España estaba fatal, de acuerdo. Pero al menos tenía una clase política culta y muy capacitada, y eso acabó dando sus frutos, si bien estos se malograron con el tiempo y las crisis sucesivas. Todavía espero que un día se levanten los sepulcros del Panteón de Hombres Ilustres, y que emergan los fantasmas de Cánovas, de Sagasta, de Dato, de Maura, de Canalejas, y den buena cuenta de nuestros miserables politicastros.

Un saludo

 
At 17/7/06 7:28 p. m., Blogger octopusmagnificens said...

"La obediencia al partido", la "disciplina de voto", las "leyes contra el transfugismo"... éstas son algunas de las cosas más impresentables de la democracia española. En los USA es la cosa más normal del mundo que senadores y congresistas discrepen radicalmente aun cuando sean del mismo partido. Aquí no, aquí manda "el Partido", como en la URSS.

 
At 18/7/06 3:13 p. m., Blogger VICTRIX said...

Sin duda la democracia española está completamente burocratizada y su sistema de partidos es muy rígido. Y la división administrativa favorece que la abundancia de políticos sea todavía mayor. Ya no sólo tenemos que mantener a los políticos nacionales sino también a los autonómicos y a los regionales. Y son éstos últimos los menos preparados, salvo extraña excepción. Auténticos aradores analfabetos que controlan las diputaciones provinciales y asignan obras a familiares y amigos. Un nido de corrupción, chanchullos e intrigas.

 
At 18/7/06 8:10 p. m., Blogger El Espantapájaros said...

Hay que suponer que la corrupción que hay detrás de nuestro precioso sistema es inmensamente mayor que lo que podamos llegar a imaginar.

El poder que los bancos y grupos mediáticos ejercen sobre los partidos políticos; la misteriosa financiación de los mismos; las listas cerradas, que hacen que nuestra democracia sea una "democracia filtrada", donde el cabeza de lista ha tenido que vender su alma para llegar hasta allí; el interés partidista antes que el interés nacional; la sólo teórica separación de poderes (evidenciado en tiempos de gobierno socialista, antaño y ahora); la inexistencia de una sociedad civil más allá de la que dominan los partidos; el poder desmesurado y coaccionador de los dos grandes sindicatos; la debacle económica, el caos inmigratorio, la inseguridad, la aprovechada lucha contra el terrorismo; en fin, es una maraña tal de desmanes y podredumbres, que nadie se atreve a atacarla y a desmontarla, a limpiar nuestro país de la porquería que lo puebla y dirige.

Un saludo

 
At 19/7/06 12:07 a. m., Blogger VICTRIX said...

Yo estoy empezando a pensar que nuestro sistema no es capaz de responder a las necesidades del momento. Y es obvio si tenemos en cuenta que tuvo su origen hace dos siglos y en un contexto político y social completamente diferente al actual. A mi modo de ver es posible conjugar democracia, liberalismo y respuestas efectivas a los nuevos problemas que se nos plantean. Pero para ello se debe abandonar urgentemente la política de lo “políticamente correcto”, de la demagogia y de los discursos huecos y basados en ideas utópicas pero nada eficaces.

 
At 20/7/06 2:27 a. m., Blogger Ethaw said...

Querido Amigo:
Paso por este espacio para desearle la más grata felicitación por animarse a esto de dejar constancia de letras en la red. Ideas, sentimientos o, como en este caso, la más dolorida indiferencia sentida hacia la clase política de este país. No hay mucho más que añadir a su comentario si acaso la prepotencia que infieren estos señores a la mayoría de sus " comentarios". Por si faltaba algo vamos.
Largo camino con su blog y abrazos.

 

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