20.7.06

Y VUELTA AL AÑO 36...


Como saben, hace un par de días se cumplía el 70 aniversario del levantamiento militar contra la Segunda República, motivo por el que nuestro presidente se sentirá realmente excitado ya que los españoles habrán vuelto a indagar en la memoria histórica de la mano de los medios de comunicación. Porque no se puede negar que a los españoles nos gusta hacer todo lo posible con tal de no vivir el presente e intentar modernizar el país, convirtiéndose nuestro día a día en un eterno recuerdo histórico. Leo en El Mundo que, tras la decisión de nuestros gobernantes de retirar la estatua de Franco de la Academia Militar de Zaragoza, ahora miembros de la Coordinadora Antifascista de Madrid, de Corriente Roja y de la Federación Estatal de Foros por la Memoria (el nombre se las trae) se dedican a arrancar de nuestras calles placas con nombres que recuerden al franquismo. Pero no se crean, según pueden apreciar en la foto, se personaron con escalera y todo, de modo que el guiri de turno pensaría que se trataba del electricista. Será mejor así y que no se entere del verdadero motivo, ya que saldría corriendo hacia el aeropuerto. Y ya si se enterase de que el sanguinario Carrillo es Doctor Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Madrid, seguramente pediría asilo político en la embajada. Y con razón.

¿Por qué la gente no es capaz de asumir que la II República es tan historia como lo pueden ser el reinado de Carlos III o la batalla de Bailén? ¿Por qué siguen tratando el tema como si fuese algo presente? ¿Acaso los italianos se acuerdan a diario de Mussolini? ¿Y los estadounidenses critican a Roosvelt por el New Deal 75 años después? No me entra en la cabeza. Del mismo modo que tampoco comprendo que nuestros gobernantes quieran volver a 1931 y dotar a España de ese aire laico, anticlerical, sectario y libertario de la Segunda República. O que sigan desenterrando huesos y removiendo arenas de fosas comunes: Pues no, mañana nos contarán que la asociación para la recuperación de la memoria histórica ha encontrado, tras 2 años de infatigable trabajo, el fémur del pobre Teodoro, muerto en el frente del Ebro; y a los pocos minutos los políticos harán sus improductivas declaraciones ante los micrófonos de los medios de comunicación ¿No estarían mejor todos estos señores trabajando en su oficina y contribuyendo a que éste país avance económicamente y no prehistóricamente?

Pues claro que no, aunque le llevasen en un camión a la fuerza a dejarse la vida en el frente en una guerra que no le importaba nada, todos dirán que Teodoro estaba luchando por los ideales del gobierno legítimo de la República. ¡Ese tío es un héroe! Lo que pasa es que la gente centra su atención en el fémur y en todo lo demás, pero no en percatarse de que el gobierno de la República no era legítimo, al igual que tampoco lo eran el alzamiento y la dictadura. Muchos hablan sobre la II República pero pocos saben lo que se esconde tras ella. Para empezar convirtieron unas elecciones municipales en un referéndum republicano que, dicho sea de paso, perdieron en una proporción bastante elevada. Y luego Maura y los que más tarde serían ministros llegaron al Ministerio y dijeron “Señores, paso al Gobierno de la República” Y como el cobarde del rey estaba sacando el billete para Marsella, los guardias civiles de la entrada les dejaron paso, no sea que fuese verdad que era el Gobierno y se metiesen en un lío. Muy legítimo... Tanto que si mi bisabuelo hubiese hecho lo mismo también sería el Gobierno Provisional.

Por muchas arenas que remuevan, por muchas asociaciones que se creen y por mucho que me cuenten no van a cambiar mi opinión. La República no era legítima, ni el alzamiento, ni la dictadura. Todos deseaban matarse y todos eran unos antiliberales redomados, desde Carrillo hasta Franco. Durante la guerra “una España” colectivizaba tierras, asesinaba católicos, colgaba carteles del demócrata Stalin de la puerta del sol y legitimaba las checas. Mientras que la “otra España” se configuraba como un estado de corte fascista, muy liberal también... Y los pocos liberales españoles seguramente se encontrarían atrapados entre los dos bandos, como siempre, acusados por unos de fachas y por los otros de rojos, y corriendo serio peligro de recibir un tiro estuviesen viviendo en una zona o en la otra. Pues ese es el espíritu que nos quiere devolver el señor ZP, el del consenso, el de la Segunda República, el de la España laica y plural que se mataba que daba gusto. Y los periódicos ofreciendo coleccionables: el cancionero de la Guerra Civil, las monedas de las dos Españas, cartas de prisioneros de guerra.. ¡Basta! Déjenme en paz, porque no me importa, nací en democracia y vivo en el siglo XXI.

5 Comments:

At 20/7/06 10:43 p. m., Blogger octopusmagnificens said...

A mí el hacer política sobre la Guerra Civil me aburre. Me duermo. Son épocas y contextos que no tienen absolutamente nada que ver. Y no es que el tema no me interese, que lo hace, pero desde la perspectiva meramente histórica.

 
At 20/7/06 10:53 p. m., Blogger Daniel said...

Shalom amigos.
Os comunico que he cambiado la ubicación de Herut por tercera vez: www.herutx.blogspot.com.
A este paso me quedo sin variaciones de Herut. La anterior no me permite actualizarla, no se si por problemas técnicos o por el necio hijo de Alá que sigue con su intento de imponer el pensamiento único. Os pido disculpas por las molestias.
Un saludo.

 
At 21/7/06 9:36 a. m., Blogger Ninguno said...

Es lamentable. Vivimos más en el pasado que en cualquier otra parte, y esto no sería extraño, porque es evidente que los seres humanos no somos más que eso, pasado acumulado. Pero es que Franco murió hace más de treinta años, y la guerra civil terminó cuarenta años antes, y me digo yo: ¿por qué narices no se dedican a quitar las Avenidas de los Reyes Católicos de toda España? O, hombre, ¿la misma Plaza de España de Roma? O, claro, ¿todas las que con apacible conformismo tienen nombres de la República?
Ya lo dije, en Manhattan no tienen estos problemas. Pero es que, de ser así, con tanto loco suelto en este país, cada nùmero acabarían identificándolo con un signo fascistoide. Cuando los primeros fascistoides son otros...

Un saludo.

 
At 21/7/06 11:54 a. m., Blogger El Espantapájaros said...

Yo he leído un documento (de IU) en el que se nombran todas las calles y plazas cuyos nombres deberían ser removidos y cambiados: la lista es inconmensurable, y se extiende a todo individuo que tuviese contacto con el franquismo, desde ministros a escritores. Su minuciosidad y revanchismo es repulsivo, casi destila envidia, una inquina sin sentido a estas alturas del partido.

En mi opinión, se hizo bien en devolver los nombres originales a la Avenida del Generalísimo (paseo de la Castellana) y a la calle del general Mola (calle del Príncipe de Vergara), pero, a partir de ahí, ya vale. Como si los republicanos no tuviesen calles: Azaña, Niceto Alcalá Zamora, la tienen, y tan contentos.

Un saludo

 
At 21/7/06 3:57 p. m., Blogger VICTRIX said...

Octopus, eso mismo es lo que me gustaría a mí: que la guerra se tratase como un tema meramente histórico, como quien habla del descubrimiento de América o de Isabel II, y que se deje de hacer política de algo que sucedió hace 70 años, porque no tiene ningún sentido. Daniel, para nada es una molestia, la nueva dirección del blog ya ha sido actualizada. Marta, efectivamente en este país hay mucho loco suelto y cifras como 1936 o 1939 serían repudiadas, así que ante semejante sinsentido y dada la poca racionalidad de la gente, el único sistema que garantizaría la paz sería nombrar a las calles como si de matrículas se tratase, aunque con ello incurriríamos en una estupidez aún mayor. “A las 3.30 en la BZH” Parecería incuso que se tratase de una operación militar. Espantapájaros, no conocía la existencia de dicha lista, aunque debo reconocer que no me sorprende, y más aún viniendo de IU. Una cosa es devolver a las calles sus nombres originales (o a las ciudades, como sucedió con San Petersburgo) y otra cosa es quitarles sus nombre originales porque recuerden al franquismo, porque entonces todo el mundo tendría derecho a exigir el cambio de nombre de aquellas calles que nos recuerden a algo que no nos gusta... Eso sería un caos.

 

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