EL TALANTE COMUNISTA DURATE LA GUERRA CIVIL
Me debato entre la risa y la incredulidad. Les cuento. El otro día supe de cierta persona que estudió conmigo hasta que se cambió de ciudad y cuyas ideas políticas intentan combinar islamismo, nacionalismo catalán y vasco, anarquismo, republicanismo, progresía y simpatías hacia los movimientos guerrilleros sudamericanos. Ya ven ustedes que es una mezcla un tanto particular y difícilmente explicable de no ser porque la ideología de la izquierda actual no se configura en torno a unas ideas propias, sino que es la resultante de aunar todo lo que rechaza la derecha liberal. Porque hace años el comunista sabía al menos diferenciar entre su ideología y la de un anarquista o un nacionalista burgués. Ahora ya ni eso.
Pues bien, mi sorpresa se debe a que dicha persona dice ser afín al Partido Comunista, aunque no podría decir nada seguro sobre su afiliación. Lo que ahora mismo dudo es si ésta persona está al tanto de la historia de España y de lo que realmente significa esa ideología comunista que a mi modo de ver es bastante contraria a su manera de pensar. En los primeros años de la guerra civil española la zona republicana no sólo se encontraba en conflicto con la zona franquista sino que además albergaba toda clase de luchas internas entre las diferentes ideologías de izquierdas que pretendían imponer sus ideas. Como ya comentaba hace días, tal era la situación que durante un tiempo cada facción dirigía sus propias tropas y milicias.
En Cataluña estaba especialmente extendido el anarquismo de manera que la Generalidad era prácticamente independiente respecto del Gobierno central republicano. Esa influencia anarquista también se extendió por Aragón, considerándose más importante la revolución que la guerra. Sin embargo los comunistas defendían firmemente la idea de ganar la guerra antes de llevar a cabo cualquier proceso revolucionario, de modo que para ellos era realmente importante volver a instaurar el ejército popular, el cual debía estar debidamente equipado, jerarquizado y organizado. Ya se imaginarán ustedes el nerviosismo que las palabras jerarquía y organización pueden provocar en los anarquistas. La batalla estaba servida.
La facción socialista del gobierno central (Largo Caballero y luego Negrín) cedió ante los comunistas ya que era la Unión Soviética el país que más armamento proporcionaba a la causa republicana. A medida que el comunismo tomaba posiciones comenzó la lucha con los anarquistas y más tarde la persecución contra los militantes del POUM. Muestra de ello fueron las Jornadas de Mayo de 1937. Y, para sorpresa de todos los que se consideran comunistas y al mismo tiempo defienden el nacionalismo catalán, el comunismo recortó drásticamente la autonomía de Cataluña para imponer centralismo, orden y jerarquía en la zona republicana. ¡Pero bueno, proletarios del mundo, ateos defensores de teocracias! ¿Son ustedes conscientes de que sus siglas se opusieron al talante y a la diversidad de los pueblos de España? Es que...
Pues bien, mi sorpresa se debe a que dicha persona dice ser afín al Partido Comunista, aunque no podría decir nada seguro sobre su afiliación. Lo que ahora mismo dudo es si ésta persona está al tanto de la historia de España y de lo que realmente significa esa ideología comunista que a mi modo de ver es bastante contraria a su manera de pensar. En los primeros años de la guerra civil española la zona republicana no sólo se encontraba en conflicto con la zona franquista sino que además albergaba toda clase de luchas internas entre las diferentes ideologías de izquierdas que pretendían imponer sus ideas. Como ya comentaba hace días, tal era la situación que durante un tiempo cada facción dirigía sus propias tropas y milicias.
En Cataluña estaba especialmente extendido el anarquismo de manera que la Generalidad era prácticamente independiente respecto del Gobierno central republicano. Esa influencia anarquista también se extendió por Aragón, considerándose más importante la revolución que la guerra. Sin embargo los comunistas defendían firmemente la idea de ganar la guerra antes de llevar a cabo cualquier proceso revolucionario, de modo que para ellos era realmente importante volver a instaurar el ejército popular, el cual debía estar debidamente equipado, jerarquizado y organizado. Ya se imaginarán ustedes el nerviosismo que las palabras jerarquía y organización pueden provocar en los anarquistas. La batalla estaba servida.
La facción socialista del gobierno central (Largo Caballero y luego Negrín) cedió ante los comunistas ya que era la Unión Soviética el país que más armamento proporcionaba a la causa republicana. A medida que el comunismo tomaba posiciones comenzó la lucha con los anarquistas y más tarde la persecución contra los militantes del POUM. Muestra de ello fueron las Jornadas de Mayo de 1937. Y, para sorpresa de todos los que se consideran comunistas y al mismo tiempo defienden el nacionalismo catalán, el comunismo recortó drásticamente la autonomía de Cataluña para imponer centralismo, orden y jerarquía en la zona republicana. ¡Pero bueno, proletarios del mundo, ateos defensores de teocracias! ¿Son ustedes conscientes de que sus siglas se opusieron al talante y a la diversidad de los pueblos de España? Es que...
6 Comments:
Demasiadas "virtudes" acumula su compañero, Victrix, y claro que son contradictorias, siendo una mezcla de difícil digestión.
Además, nada tan poco recomendable como el PCE (tanto es así, que hasta el recalcitrante izquierdista Gibson excusa y protege a Antonio Machado de sus acercamientos a dicho partido), y menos durante la Guerra Civil. De hecho, como usted ha expuesto, una de las causas de la derrota republicana fue la desorganización y sus continuas luchas internas, destacando siempre el PCE por su insidia y por su dependencia total de Moscú, llegando a trabajar más por el interés de la URSS que por el de la agonizante II República.
Si me lo permite, le recomiendo un libro ilustrativo sobre este interesante tema que nos propone hoy, escrito por un famoso ex comunista. "Hombres made in Moscú", de Enrique Castro Delgado. Imprescindible y muy agudo.
Un saludo
He tropezado con individuos semejantes, aunque ninguno de ellos exponía su afinidad a una ideología, porque no hubieran sabido memorizar sus siglas, aunque sí repiten sus idearios, de forma más o menos miscelánea e incompleta.
Esta clase de individuos es paradigma de la diversidad que reina en la izquierda, y sobre todo, la izquierda española. Después de la guerra, los perdedores han tratado de convencer a la población de que todas las siglas políticas opositoras al régimen, incluso las totalitarias, merecen respeto y dignidad.
En los colegios e institutos los profesores de historia afines a la izquierda lo cacarean y repiten. Franquistas, malos. Republicanos, buenos. Y con esa ausencia de matices que significa la Logse, como un modo esquemático que mutila la parte de la Historia que no interesa que se conozca, llegan a confluir ideologías diferentes en una sola persona, que ni entiende de historia ni sabe nada.
Simplemente, se obedece a un estímulo emocional alimentado durante años, que se manifiesta con especial extravagancia en la juventud.
Un caso curioso más de los muchos fetiches hechos e izquierdos que forma la progresía. Realmente patético.
Un cordial saludo.
Celebro la buena marcha de este blog, cada día me alegra más ver cómo fluyen sus artículos y se unen los comentaristas, muchas veces, privilegio leerlos a todos. Ahora bien, sobre el tema, pienso que hay mucha gente que cree que esto de las ideologías es como un restaurante-buffet, en el que se elige lo que mejor queda acorde con el momento apetitíco de cada comensal. El ejemplo de su viejo compañero parece casi un paradigma de esta idea que surca mi mente. Yo "pillo" de nacionalismo, que eso de ser español no está de moda, un poquito de izquierdismo (solidaridad con los obreros, que casualmente siempre son otros), más poquitín de ecologismo, que queda divino con los colegas del trabajo, y claro, no nos olvidemos de ser supereuropeos, o criticar a los catolicones cuando nos convenga. En fin, no hay más que darse un paseito por las facultades (como bien sabe, victrix) para tropezarse con un par de piezas de estas "causas progres". Si me permite, al hilo del fondo del artículo y del cartel, se me vuelven a ocurrir un par de recomendaciones así a ojoque seguramente ya hayan leído u oído hablar: "Enterrar a los muertos", de Ignacio Martínez de Pisón, y "En busca de Andreu Nin", de José María Zavala. Ambos excelentes.
Saludos mozartienses.
P.S. Aprovecho para confirmarle amigo victrix -con un retraso excesivo, discúlpeme- que no, que usted ha leído bastante más que yo (al menos en disciplinas como la Historia, la Filosofía y la Política), otra cosa es que yo de apariencia de haber leído, pero no, esté seguro de que casi soy una completa iletrada (de no ser por unos pocos tomos de poesía y de novela). Y no es presuntuosidad, es que sé que hay muchos temas que ni siquiera me atrevo a discutirle a usted. Aunque estoy segura de que sería un placer...
Marta, su teoría del buffet cobra fuerza si tenemos en cuenta que la compañera conjugaba al mismo tiempo feminismo con un gusto muy acentuado por el islamismo. El suyo es un argumento que considero muy compatible con el mío ya que “lo que mejor queda” suele ser aquello que se opone a la derecha liberal. Y precisamente esto puede deberse a esa extraña tendencia que siempre ha tenido la izquierda de hacer oposición incluso cuando se encuentra en el gobierno, como demuestra el actualmente el Partido Socialista. También es cierto lo que comenta Samuel, pues no son precisamente pocas las veces que se nos ha presentado a la II República como un gran ejemplo de civismo, pluralidad y concordia entre los diferentes partidos políticos, cuando realmente se trató de un periodo de crispación tanto entre izquierda y derecha como entre los propios izquierdistas. Espantapájaros, tanto es así que el Partido Comunista llegó incluso a adoptar los mismos métodos y a actuar del mismo modo que Stalin como quedó demostrado con la persecución del POUM o de los trotskistas.
***
En otro orden de cosas.
- Espantapájaros, ya veo que ha cambiado usted de apariencia, siendo ésta si cabe más fiel a su nombre que la anterior.
- Samuel, la juventud es una etapa bien complicada porque quien se echa a perder a estas edades puede darse ya por un caso perdido. Un ejemplo podría ser el del señor Rodríguez ZP, que bien parece un adolescente rebelde y revolucionario al que le excita no levantarse al paso de la bandera estadounidense, en un acto de rebeldía contra el capitalista malo sólo igualable por el esperpéntico Chávez, que llamó diablo a Bush en la ONU...
- Y Marta, las facultades son, efectivamente, muestras evidentes de progresía estudiantil fácilmente manipulable. Por cierto, no se subestime usted, pues el privilegio es mío al leerla. Asimismo me reafirmo en mi idea de que usted ha leído más. Quizá no articulillos políticos o históricos de rápida lectura y fácil digestión, pero sí libros y novelas de toda clase y condición ya que en este aspecto considero que leo menos de lo que debería y de lo que me gustaría, a menudo por falta de tiempo. Atrévase usted a discutirme cualquiera de estos temas ya que no tengo un conocimiento exhaustivo de los mismos sino sólo unos escasos conocimiento fruto de mi curiosidad. Si no concreté ese interés en el ámbito académico fue quizá por mero pragmatismo de cara a las posibilidades que suele ofrecer el mercado laboral.
Un saludo.
En mi opinión, creo que los comunistas son los peores a la hora de hablar con ellos de política. Ellos están por encima del bien y del mal, siempre tienen razón, son los "progresistas" (aunque luego están anclados en el 36) y los demás somos los capitalistas-liberales que queremos matar a los pobres de la tierra.
Y lo peor es que se creen sus propias mentiras.
Un saludo.
Tiene razón Vitio en lo que dice sobre los comunistas. A menudo resulta imposible dialogar con ellos sobre política ya que el único argumento que utilizan es el de la explotación del proletariado por los burgueses y demás. Lo que no perciben es que vivimos en el año 2006 y no en plena Revolución Industrial, y que el comunismo no sólo aniquiló las libertades individuales, sino que demostró empobrecer más al proletariado (y a todo el mundo) que el capitalismo.
Un saludo.
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