8.10.06

DE LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS

Pues no, no pienso criticar a los funcionarios públicos, uno de los colectivos peor considerados en España pero que a menudo realiza una tarea bastante incómoda y desagradable a la par que necesaria para que funcione este país de incompetentes y charlatanes. A pesar de defender el liberalismo económico y de oponerme a la intervención estatal en la economía, es evidente que las funciones estatales son necesarias en algunas ocasiones, sobre todo a nivel de Administraciones Públicas, ya que de lo contrario estaríamos defendiendo un modelo anarquista. Y es lógico que esta labor sea llevada a cabo por empleados públicos que obtienen una remuneración por parte del Estado y que en todo momento pueden ser apartados de su puesto de trabajo en los casos que la ley así lo prevea, para sorpresa de esa panda de incultos que afirma que la gran ventaja de ser funcionario es que nadie te puede echar una vez que consigues una plaza.

La otra gran falacia en relación con los funcionarios consiste en afirmar que cobran por no hacer nada. Supongo que habrá de todo, como en todas las profesiones, pero de lo que estoy seguro es de que suelen ser paradójicamente quienes defienden este idea los que más deberían de callar. En primer lugar porque eso es falso en muchas ocasiones y en segundo lugar porque demuestran una envidia digna de quienes no han tenido el valor o la inteligencia suficientes para ponerse a preparar 200 temas de unas oposiciones cuya preparación conlleva ingentes cantidades de horas de estudio en función de la dificultad de las mismas, claro está, pues no es lo mismo preparar Inspector de Hacienda que Técnico de la Administración. Así que me resulta muy curioso que quienes predican lo bien que viven los funcionarios no se hayan dedicado a trabajar para la Administración Pública en uno de los diversos puestos remunerados que ésta ofrece en cualquiera de las diferentes áreas del saber. Si se vive tan bien...

Además conviene recordar que la labor de los funcionarios es especialmente incómoda cuando se encuentran entre la espada de los políticos y la pared de la legalidad de tal manera que deben hacer auténticos malabares para respetar la legalidad al mismo tiempo que intentan satisfacer las exigencias de unos políticos que a menudo son unos golfos y unos corruptos y que suelen tener la capacidad de influir sobre una parte del sueldo de los empleados públicos. Efectivamente, todas las iras dirigidas contra los funcionarios deberían ser descargadas sobre los politicuchos ya que esos sí que cobran por no hacer nada y en ningún momento ven peligrar su puesto salvo cuando se realizan las listas electorales y se guillotinan entre ellos. Y fíjense que no contemplo el sobrepasar los límites de la legalidad como uno de los posibles motivos de pérdida de su empleo. Ya imaginan ustedes el motivo: el pisoteado principio de la separación de poderes que ya no es tal desde que los políticos tienen algo que decir en el Poder Judicial.

Todas estas consideraciones las tengo en cuenta a la hora de pensar a qué dedicarme el día de mañana. Estas y otras como el hecho de que los políticos también están presentes en los Consejos de Administración de muchas Cajas de ahorros en las cuales los principales puestos de responsabilidad son designados atendiendo a criterios de enchufismo al igual que en los puestos de menor importancia rige el nepotismo. Así nos va... Por lo tanto es probable que la mejor solución sea buscar un puesto lo más alejado posible de los políticos, ya sea en la empresa completamente privada o accediendo a unas oposiciones cuyos profesionales estén escasamente politizados como puede ser el caso de los Inspectores de Hacienda o similares. Y es que hasta tan arriba no llegan los tentáculos de nuestros dirigentes por el mero hecho de que eso resultaría demasiado complejo para ellos a juzgar por su cualificación media y su nivel intelectual.

6 Comments:

At 9/10/06 12:01 p. m., Blogger Samuel J. said...

Resulta interesante lo que aquí nos enseñas. Siempre he pensado que los funcionarios eran gente que hacía su trabajo a desgana, sin motivación, al menos, en la actualidad, pero que por lo menos lo hacían.

No estoy muy al tanto de la influencia que puedan tener los políticos en su campo, Victrix. Pero, conociendo a grandes rasgos el carácter y la manera de actuar que tienen, casi siempre es conveniente permanecer alejado de su mano despótica. Aunque, qué quiere que le diga, sin duda observaríamos no pocas diferencias entre ellos y algunos empresarios, donde la obsesión por obtener mayores ingresos puede a veces comprometernos en casos fraudulentos. Supongo que eso es el pan de cada día en los partidos políticos.

Espero, sinceramente, que encuentre un lugar donde pueda trabajar en libertad y ajeno a la política.

Un cordial saludo.

 
At 9/10/06 7:14 p. m., Blogger vitio said...

Está claro que los funionarios trabajan la mitad y ganan el doble que muchos trabajadores.
Yo quiero ser funcionario!!
Un saludo.

 
At 10/10/06 5:21 p. m., Blogger VICTRIX said...

Amigo Vitio, si bien es cierto que la jornada laboral de los funcionarios es en ocasiones un poco más corta que la de otros trabajadores, no comparto lo que usted comenta sobre su salario. Sí, no le niego que un juez trabaje menos y cobre más que una empleada de la limpieza del juzgado donde trabaja, pero en los sueldos es frecuente que se vea reflejado no sólo las responsabilidades inherentes al cargo sino también el esfuerzo necesario para llegar a ese puesto de trabajo. Asimismo, si tenemos en cuenta dos personas con semejante formación, suele ser frecuente que los funcionarios o empleados de servicios públicos cobren menos que quienes trabajan en el sector privado. Un ejemplo podría ser el de un abogado de oficio en comparación con un abogado que tenga su despacho privado. Y otro podría ser el de un dentista o médico privado que gana muchísimo más en su consulta de lo que gana un médico en cualquier hospital público.

Un saludo.

 
At 10/10/06 6:40 p. m., Blogger El Espantapájaros said...

Para el mantenimiento de un Estado fuerte, por pequeño que éste sea, se necesita un funcionariado competente y preparado. Sin perjuicio, claro está dicho en el texto, de una tendencia liberal del mismo.

La dificultad para llegar a ser funcionario (que, no lo negaré, tiene sus ventajas) es variable según el puesto o rama, pero las oposiciones son siempre complicadas. Creo que Victrix hace bien en defender esa opción, porque es tan digna y necesaria como otra cualquiera. Bien es cierto que hay tópicos acerca de la vagancia e inutilidad de los funcionarios como el "vuelva usted mañana" de Larra, pero no sé si serán aplicables actualmente o sólo en parte. Mejor haríamos en mirar a los políticos y en cuestionarnos muchas cosas sobre su posición y privilegios.

Un saludo

 
At 10/10/06 11:13 p. m., Blogger vitio said...

Victrix, si reconozco que fui algo exagerado con el suelo. Pero lo que venía a decir es que cobran bien.
Un saludo.

 
At 14/10/06 8:16 p. m., Blogger QRM said...

Con todo respeto, no puedo estar más en desacuerdo. Conozco bien el funcionariado y la empresa privada,y el primero se parece tanto a lo segundo como un noble del siglo XII a sus aparceros. La nueva aristocracia, las manos muertas, son los burócratas. Los "grandes de España" serían los políticos, y los hidalgos segundones, los funcionarios. Yo lo he sido, y aunque muchos hay honrados y que trabajan, nunca llega el nivel de exigencia y presión al del mercado; es como jugar en el colegio frente a hacerlo en la NBA. Su trabajo está peor pagado, pero es que es inútil por completo. España es el pais del mundo en que más funcionarios hay, con enorme diferncia: municipales, provinciales, autonómicos, estatales y hasta europeos. Todos a chupar de nuestras ubres. Una ruina. En USA o en Japón no tiene ni la décima parte - y su régimen es difernte por completo- y no les va nada mal. ¿ Porqué aquí los necesitamos?
Es la nueva forma de picaresca. Una forma de comer sin mancaharse las manos ni sufrir tanto como la plebe.
Conste que critico el sistema, no a los individuos. Cada uno hace lo que sabe y puede para dar de comer a los suyos, y cualquier trabajo legal es honrado- hasta algunos ilegales, a mi modo de ver-.

En fin, siento discrepar tan crudamente. Gracias por la atención y cordiales saludos.

 

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