28.10.06

EL PP ES MÁS DEMOCRISTIANO QUE LIBERAL

Hace ya unos meses estaba yo dialogando con un compañero que está afiliado al PP sobre el asunto de la nacionalización de los hidrocarburos de Evo Morales y le recomendé que leyese un artículo que se encontraba en Libertad Digital, a lo que él me respondió entre dudas: ¿Ese periódico no es muy extremo? Yo le respondí que, más que ser extremo, lo que sucede es que no duda en criticar abiertamente a quienes se oponen al liberalismo sin que le importe que quienes desconocen la terminología política le acusen de ser de extrema derecha. Anécdotas personales al margen, lo que vengo a criticar una vez más es lo ficticio que resulta identificar a las ideologías con las palabras izquierda, derecha y centro; y lo que me gustaría abordar en este artículo es uno de los extremos (el derecho) de esa línea que tanto daño ha hecho al pensamiento político y económico serio y argumentado: Por lo tanto me gustaría introducirme en ese vago concepto que es “la derecha”.

Yo siempre he sido de la opinión de que las ideologías políticas están íntimamente ligadas a las ideologías económicas, de tal manera que un análisis de las primeras carecería de rigor si no se aborda al mismo tiempo desde un punto de vista económico. Y es precisamente éste el punto de partida de la mala interpretación política y del reduccionismo que impide a los españoles encuadrar al liberalismo dentro de esa línea y que les lleva a considerar que el fascismo es lo opuesto al comunismo, cuando, como ya se ha comentado reiteradamente, tienen bastante puntos en común a excepción de que el fascismo respeta en cierta manera la propiedad privada. Al margen de esto, las diferencias entre ambos son más bien propagandísticas que de otra clase. Y como dentro de la derecha se incluye todo aquél que se opone a la izquierda o que dice oponerse a ésta, el gran damnificado en un país de enorme ignorancia política como es el nuestro es el liberalismo.

Por lo tanto sería muy recomendable que, desde los libros escolares de texto, no se incurriese en el error de hablar de izquierda y de derecha siguiendo los incorrectos planteamientos populares. Sería mucho más lógico abordar el tema de las ideologías desde dos fases; una primera fase política que divida a las ideologías en totalitarias y demócratas, y una segunda fase económica-social que distinga dentro de las ideologías democráticas entre socialdemócratas, democristianas y liberales. Y olvidar de una vez por todas los términos izquierda y derecha porque son desde cualquier punto de vista imprecisos, simplistas e incorrectos. Eso es al menos lo que ha sucedido en determinados países europeos como Alemania, donde los partidos reciben una denominación mucho más acorde a su ideología y mucho más fiel a la realidad. De conseguirse esto en España veríamos cómo el Partido Popular se configuraría como un partido democristiano más que como uno liberal.

Lo que explica que exista cierta sector liberal en el PP es únicamente la ausencia de un partido liberal español y la necesidad de canalizar el voto hacia el partido que más semejanzas pueda tener a nivel político, económico y social con el liberalismo; Y en ese aspecto la democracia cristiana tiene más puntos en común con las ideas liberales que la socialdemocracia, principalmente en lo que respecta al intervensionismo estatal y a la unidad del Estado Español. Es el llamado voto útil. Pero esas semejanzas no significan que los liberales sean de “derechas” sino más bien que el sector de la derecha democristiana se ajusta algo más al liberalismo en términos económicos y políticos que los partidos que comúnmente se denominan de izquierdas. Un punto de distanciamiento, por ejemplo, podría observarse en la concepción religiosa y social, una faceta en la que los democristianos se muestran más tradicionales que los liberales y se manifiestan favorables a una mayor rigidez social y a un mayor intervensionismo y proteccionismo en temas influenciados por las doctrinas católicas.

Es precisamente este aspecto lo que hace que mis planteamientos sociales y religiosos desconcierten tanto a los democristianos del PP como a los socialdemócratas del Partido Socialista. Está claro, por ejemplo, que el islamismo es una cultura realmente antiliberal en todos los aspectos que podamos imaginar, y de ahí mi rechazo y mi desconfianza hacia la misma. Pero ello no me convierte necesariamente en un cristiano ejemplar, ya que mi relación con la religión católica se reduce al profundo respeto que pueda sentir por una de las bases de la cultura occidental. Nada más. Pero se me hace extraño que un liberal, cuyo pensamiento arranca en la ilustración y en la razón, pueda defender que determinados aspectos sociales se articulen de acuerdo a unas creencias religiosas. Lo mismo se podría decir de muchas otras costumbres tradicionales que nunca he compartido y en las que nunca suelo tomar parte, pues me considero una persona muy individualista y con mis propios principios, alejados de dogmas religiosos y de costumbres sociales convencionalistas. Pero el debate está abierto. Ahora tienen ustedes la palabra.

7 Comments:

At 28/10/06 3:36 p. m., Blogger octopusmagnificens said...

Más que por su posición liberal en materia económica, seguro que tu amigo considera extremista a Libertad Digital por otros asuntos, como por ejemplo la omnipresencia del 11-M y las teorías conspirativas día sí día también en las portadas. Esto le hace daño al periódico y será un lastre que arrastrará durante muchos años.

Efectivamente no hay un partido verdaderamente liberal en España. Lo que más se le acerca es el Partido Popular, un partido en el que como en los demás conviven diferentes sectores y corrientes de opinión.

 
At 28/10/06 7:50 p. m., Blogger Ninguno said...

Partiendo del hecho de que en esta España de hoy en día cualquier palabra sobre política va a ser automáticamente pervertida y trastocada puesto que la diferencia entre verdad y mentira está irremisiblemente subordinada a la ideología que profeses, pienso que es erróneo el hecho de confiar en siglas o abstractos entes para la llevanza de los asuntos de una Nación y su sociedad requieren. Estoy completamente de acuerdo en el hecho de que la economía es un aspecto esencial en toda política que se precie, por no decir que toda política que exceda los límites de una simple gestión económica, legal, y diplomática, encaminada a la resolución de los problemas de los ciudadanos, está de sobra: es espectáculo. Aunque quizá sea un planteamiento algo drástico, todo ahora apunta a la dirección opuesta: las simples ideas en que se sustentaban antaño muchas sociedades han ido convirtiéndose con los años en burocráticas e irracionales congregaciones de religionarios que se alimentan a sí mismas con el úncio objetivo del lucro (de los suyos) y cuya desaparición es imposible.

Hace tiempo, amigo victrix, que hizo un gratificante comentario en un pequeño artículo que escribí al respecto de lo que le ocurría al PP y a sus nuevas generaciones. Pienso que es la consecuencia lógica de este pegajoso paquete de barro que se lleva por delante a cualquiera: el dinero. No hay más que centrar el objetivo en Cataluña: ¿qué les ocurre? Sigo debatiéndome entre la necesidad de hacer algo por la simplificación y la supresión de ese paquete asfixiante que portan los políticos en la medida de nuestras posibilidades (votando a quien debamos votar, nunca a lo que nos obligen), o directamente la abstención y el rechazo de todo ello ("que me dejen en paz, que sean felices bañandose en palabrería, y cuanto menos me incordien, mejor"). Enhorabuena una vez más por la libertad de ideas y la lucidez con la que da muestra en cada artículo. Consérvese.

P.S. Perdone este receso mío, pues aunque me he mantenido al tanto y no he dejado de leerlo (en concreto su magnífica saga de artículos autonómicos), no me sentía con las suficientes fuerzas como para contribuir a mejorarlos con la opacidad mental bajo la que he caído presa últimamente. Ha sido un mes extraño, tal vez haya sido el desquiciante cambio de temperaturas que más bien parece una rifa diaria, o la vuelta a las clases con sus innumerables cargas y las rutinas obscenas. Necesitaba en cualquier caso un tiempo de meditación y silencio. Perdóneme, en cualquier caso. Espero estar a la altura próximamente. De todas formas, aunque peor o mejor, seguimos adelante reforzados y con aires nuevos.

Un cordial y enérgico saludo.

 
At 29/10/06 3:17 p. m., Blogger El Espantapájaros said...

Encaja bien el término "democristiano" con el PP. No tanto, quizá, el de "liberal". Como he dicho en otras ocasiones, el PP, que a fin de cuentas viene de una pasada coalición, es una mezcla de muy diversas tendencias a partir del adulterado centro y hacia la derecha. Dentro de él, y más que en el muy homogéneo PSOE (con sus honrosas excepciones), hay políticos de muy distinto pelaje. Aznar y Rajoy, de por sí, no son nada iguales, ni Gallardón o Esperanza Aguirre, ni Acebes o Piqué. Por eso, y como en España es más que complicado ser liberal, les define mejor lo democristiano.

De todas formas, al margen de estas consideraciones anteriores, el PP, sin ser partido de mi gusto y con toda su deriva actual--a mi juicio, grave y contraproducente--, va a llevarse mis votos, pues ésta es la única manera de expulsar a un Zapatero que ha perdido el juicio y su clan del poder, e intentar regenerar el país y volver a una cierta "normalidad".

Del Partido Liberal mejor irse olvidando. O, ahora que hay rumores--ciertamente extraños y confusos, en algún caso surrealistas--de que va a marcharse de la COPE, tal vez Losantos debiera fundar ese partido. No es una idea descabellada. Ni que decir tiene que yo sería su primer votante.

Un saludo

 
At 30/10/06 8:16 p. m., Blogger vitio said...

Yo opino como octopusmagnificens respecto a Libertad Digital: Yo creo que es un gran periódico liberal en lo económico e incluso en lo social, aunque es muy discutible su postura respecto al 11-M.
En cuanto a la ideología liberal del PP, estoy de acuerdo un poco con todos: En el PP hay de todo: Desde centristas hasta franquistas, desde liberales hasta ultraconservadores, de ahí que el partido sea un "liberalismo light".
A mí me gustaría que tuviese más protagonismo la idea liberal en el PP, sobre todo cuando no entendí la postura del PP respecto al matrimonio entre homosexales.
Un saludo, Victrix. Por cierto, ya le respondí el correo.

 
At 1/11/06 11:13 a. m., Blogger QRM said...

Memocristianos les acomoda mejor.
Nunca he entendido ese término de Democracia Cristiana. ¿Que significa? Como no se contraponerse a las Democracias Populares de Stalin...Y para mi encierra un engaño parecido al de éstas. Más bien es una suerte de marca con la que esconderse tras valores que se creen con una carga emotiva positiva.
Lo de cristiano es ambiguo y melifluo : ¿Cristiano como Isabel la Católica o como el obispo Setién?
Lo de democracia es aún peor; el término se ha prostituido hasta la náusea, y ya nadie recuerda que la democracia no es más que un instrumento de la Libertad, y por lo tanto subordinado a ella. Al hacer Hincapié en el término democracia se pretende atraer a los memos aludiendo al poder del pueblo, o de la mayoría. Pero es que la mayoría se equivoca, y en ningún caso debiera poder elegir a un tirano. Hitler ganó las elecciones, Batasuna se presentó a muchas, y nadie les consideraría demócratas.

Por eso el PP, cuyas siglas no son más que un sinsentido ridículo, se amolda perfectamente al término propuesto. Pero de liberales, nadita.

Saludos, amigos.

 
At 1/11/06 3:50 p. m., Blogger Bruno Mancha said...

Coincido con Vitio en que en el PP hay de todo. Quizás por eso se tiende a generalizar tan estúpidamente desde la izquierda en el vocablo de "fascistas". Yo he oído cosas terribles y da verdadero asco vivir en un país tan vanguardista, tan anárquico, donde se aborrece el orden y se tiene el optimismo antropológico como el único principio de una democracia, sin importar la vulneración de las leyes o la irrenunciable separación de poderes, que nos enseñaba Montesquieu.

Alguien ha dicho que podría formarse un Partido Liberal con Jiménez Losantos a la cabeza. Aunque él ha dejado bastante claro que no piensa meterse a política -eso dicen todos los periodistas, pero a juzgar por su indignación algún día acabará cediendo-, supongo que yo también lo votaría si no hubiera nada mejor.

Hay puntos, sin embargo, que no puedo comprender. Por ejemplo, el hecho de que para movilizar a la sociedad española sea necesario emplear un estilo tan marcado. Porque hay muchos que siguen a Federico, que se confiesan de derechas, y sin embargo, no tienen un pelo de liberales y bastante poco en la sesera. Estúpidos e ignorantes habrá en todas las ideologías, pero a veces frustra que haya tantos y que sólo unos pocos estén en condiciones de razonar lo que es liberalismo. Será que yo no los encuentro, o es que en España todo son extremismos. ¿Cuántos individuos del grueso de la derecha tienen una idea clara y razonable de lo que está haciendo Zapatero? Es que se habla y se presume mucho de votos, pero a mí me molestaría que me votasen por sectarismo y no por verdadera convicción.

Yo no veo a España en un futuro próximo tender al liberalismo. De mí se podría decir que me inclino más a la democracia cristiana, aunque tampoco le votaría a un partido de esa ideología por el hecho de serlo. ¿Por qué se ha de fomentar la moral cristiana, si los individuos no la aceptan por sí mismos? A mi me gustaría que todos los individuos, por su propia voluntad, reparasen en que el cristianismo práctico mejora al individuo, a la sociedad y al Estado. Y sin embargo, en el momento en que se funda un partido político para extender esos valores, acoge a unas personas muy conservadoras pero muy poco liberales. El individuo tiene que descubrir por sí mismo, desde la propia razón y la propia experiencia, que la religión no es -no debería ser- un conjunto de tradiciones y convencionalismos.

El propio término "religión" ha adquirido unas connotaciones muy negativas. Y es que se asocia a estar religado a unas costumbres y tradiciones más o menos respetables pero que carecen de fuerza y sentido en la vida moderna. Pero es que nada tiene que ver esa clase de religión con el cristianismo primitivo que revolucionó literalmente la sociedad grecolatina.

Por tanto, quizás es por eso por lo que entiendo que el cristianismo se debe defender desde una posición liberal, anteponiendo siempre la libertad y el individuo a las tradiciones de cualquier organismo religioso. Ello no significa que el individuo, desde su libertad, renuncie a los dogmas y aplique un cristianismo práctico, fiel al mensaje evangélico original, que dista bastante de la tradición católica legalista y atrasada.

No sé si me he extendido mucho, pero quisiera darle mi enhorabuena por su artículo, que es de los mejores que he leído últimamente.

Un cordial saludo.

 
At 2/11/06 9:43 p. m., Blogger Maggie said...

Ni todos los democristianos son liberales, ni todos los liberales son democristianos.

 

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