EL GOBIERNO DE RODRÍGUEZ ZP

A nivel nacional la actuación del Gobierno de Rodríguez ZP se ha caracterizado por ceder ante los nacionalismos excluyentes a pesar de que, como ya comentamos en su día, resulta en cierta manera complicado de entender que un gobierno socialista se sienta identificado con movimientos políticos que buscan crear diferencias entre los españoles. Tanto en Galicia como en Cataluña se han creado gobiernos de coalición con los nacionalistas que nos han dejado sobradas muestras de incompetencia y de sectarismo. Pero es todavía más alarmante el caso del País Vasco a juzgar por el color que están tomando las negociaciones con la banda terrorista ETA. Mi postura al respecto es clara: los terroristas se van a mantener firmes en sus pretensiones, esto es, en la amnistía de presos, en la independencia del País Vasco y en la anexión de Navarra. Como el Gobierno no le puede conceder tales aspiraciones, ya que se estaría quebrantando la Constitución, lo que está haciendo es alargar lo máximo posible la tregua a cambio de darle a ETA todo lo que pueda dentro de las posibilidades que le permiten las leyes. Pero llegará un momento en que no le podrá dar todo lo que pide y en ese momento volveremos a la situación anterior a la tregua, pero habiendo cedido ante los terroristas.

En materia económica su principal virtud ha sido no variar en exceso las políticas seguidas por el gobierno anterior, y aprovecharse del impulso que Aznar dio a la economía española a base de privatizar empresas estatales ineficientes y de liberalizar el mercado dentro de lo posible. Así todo se ha dejado notar la mano socialista en los Presupuesto Generales del Estado, que han aumentado considerablemente el gasto en inversión en Cataluña en comparación con el resto de Comunidades Autónomas. En definitiva se podría decir que nunca un Gobierno ha demostrado tanta incompetencia en tan poco tiempo ya que debemos tener en cuenta que ni tan siquiera lleva tres años en el poder. A pesar de rechazar la partitocracia que padece el sistema político español, de oponerme a afiliarme a algún partido político y de criticar abiertamente a ambos partidos mayoritarios a nivel local y autonómico, el orden de prioridades me dice que en las elecciones generales hay que votar al Partido Popular. No porque comparta sus teorías o sus ideas, sino porque me parecen mucho menos rechazables y grotescas que las de ZP. Y, puestos a elegir, me quedo con lo menos malo, porque me da pánico imaginar un gobierno nacional en que socialistas y nacionalistas gobiernen en coalición.
3 Comments:
Lo ha resumido usted maravillosamente, aunque la naturaleza de lo que escribe responda a asuntos tan siniestros. Sin embargo, creo que se contradice al decir que en este gobierno hay ausencia de proyecto y luego describir los ventisqueros en que, por su propia cuenta y riesgo, ha decidido meterse y con él a toda la nación española.
El proyecto es emular la II República Española, con todo lo que ello implica en radicalismos socialistas e individualismos nacionalistas. Romper el régimen constitucional de un modo encubierto, para ser exactos. Ese es el proyecto político, pues de lo contrario no comprendo que espontáneamente hayan decidido fragmentar el país en un conjunto de reinos de taifas.
La cuestión es muy simple. Si tenemos en cuenta que su principal motivación es gobernar, anclarse en el gobierno y no volver a soltarlo, deben buscar la manera de atraerse al mayor número de personas y tener buenas relaciones con los nacionalismos. De modo que tienen el gobierno asegurado, siempre y cuando puedan reprimir las nuevas corrientes de patriotismo español. Las tácticas de tildar a sus oponentes de "extrema derecha" son la parte psicológica de este proyecto. Quizás por eso la sociedad está tan movilizada y desquiciada. Han vuelto a salir del armario muchas banderas de la II república, y mucha gente está convencida de que los populares se han radicalizado y amenazan el sistema democrático. Esa es la imagen que quieren dar.
Sí que le doy la razón en que la negociación con ETA se ha llevado de forma muy chapucera y que carecían de un proyecto político. Sencillamente porque tenían que contar con las pretensiones radicales de ETA y es que una banda terrorista plantea muchas sorpresas para los ingenuos. Pensaban quizá que no se descubrirían sus conversaciones previas y que Otegui fuera capaz de contener a sus fieras antes de ser generosos con los terroristas. Debido a esos malentendidos, con los que sin duda no contaban, la negociación con ETA ha sido lo peor de todo, la gota que colma el vaso, y probablemente lo que les lleve a perder el poder. No creo que la Constitución le suponga a Zapatero el verdadero problema para avanzar en la negociación. Más bien han sido los continuos actos de violencia de la kale borroka y el hecho de que no hayan sabido ser pacientes durante la tregua trampa y guardar bien las apariencias. La Constitución podría habérsela saltado como han hecho con el Estatuto catalán u otras piruetas interpretativas. Creo que el problema es la realidad, la extorsión a los empresarios, los actos de violencia callejera, que son hechos que al principio intentaban ocultar con el cuento de la verificación rubalcábica. Visto que a la larga no se puede, la violencia se multiplicaba y los medios lo decían, incluso los más progres, se ven forzados a renunciar. El tiro ha salido por la culata, pero el PSE sigue en sus mismas pretensiones. Patxi López es tan nacionalista como el que más y quizás mucho más peligroso que los pájaros del PNV. El PSE sigue su trayectoria nacional-socialista, al margen de lo que digan los líderes del PSOE. Pero no puede ser. Los ojos de toda España miran a Zapatero esperando qué va a hacer. Puede levantar el pulgar o bajarlo. Puede darles la autodeterminación y consumar la evidencia de su rendición, o puede echar marcha atrás por miedo al ridículo. Seguramente Zapatero no se imaginaba que iba a tener que tomar esta decisión, pero a mí me gustaría que fuera él mismo quien rompiera la tregua y quedaría como un señor. Un señor egoísta, al cabo, pero un señor.
Un cordial saludo.
Para mí que, pese a todo, lo que realmente le puede hacer caer del trono al Zapatero es la negociación con ETA, porque esto ya es semejante a 1996: los socialistas, con cientos de escándalos a sus espaldas y con una economía destrozada, eran derrotados por estrecho margen de 300.000 votos. Este Gobierno ha sufrido un enorme desgaste y a estas alturas no tiene, excepto el proceso con ETA, un proyecto fijo y coherente que provoque la ilusión de los españoles, por no mencionar sus constantes desafueros y desaciertos, que creo que han quedado bastante bien descritos en su artículo. Aun así, digamos que PP y PSOE podrían empatar de celebrarse elecciones ahora, por lo que no me extrañaría que, siguiendo las costumbres felipistas, se adelantasen las elecciones. Porque los frutos de la negociación con ETA ya se puede asegurar que van a salir todos podridos, y que, rompa o no la tregua, en ese campo ya ha fracasado y sólo puede tirar hacia adelante.
Un saludo
Pues me temo, Victrix, que eso es lo próximo: un gobierno débil del PSOE en el poder, apuntalado por los nacionalistas. Recuerda lo que ocurrió en las primeras elecciones que ganó el PP. Felipe Glez., y por extensión el PSOE, estaba hundido hasta extremos miserables en la corrupción, el nepotismo, el saqueo, etc. Así y todo, el PP no consiguió la mayoría absoluta, cuando, en otros países, una ínfima parte de lo que hizo el PSOE hubiera costado la caída de todo un gobierno y el procesamiento de sus líderes. Spain is different!, y no sabes hasta qué extremos. Zapatero, con toda seguridad, está relativamente preocupado por su desgaste. Sabe que siempre habrá mercachifles que le apoyarán a cambio de un justiprecio, y él, indigno político, siempre estará dispuesto a pagarlo. Su objetivo es mantenerse en el poder y todo lo que deba ceder o pagar para conseguirlo es circunstancial. Sin embargo, confío en que tu reflexión de que hay que votar el PP, aunque sólo sea para desalojar a ZP del gobierno, sea coincidente con la de muchos españoles; pero…
No olvides que España es un país sectario por naturaleza: del Madrid o del Barça; Coca Cola o Pepsi; blanco o negro; conmigo o contra mí. Ya sabes: «si son los míos, lo disculpo todo».
Saludos.
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