3.12.06

REFLEXIONES PERSONALES SOBRE POLÍTICA

Cuando se trata el tema del intervensionismo estatal normalmente tenemos tendencia a interpretarlo como el conjunto de materias en las que el Estado central decide intervenir, pasando a menudo por alto que en España también nos vemos sometidos a un intervensionismo autonómico que, en muchos aspectos, no sólo iguala sino que supera con creces al del Estado central. Para comprobar esto que comento les invito a ustedes, si es que no lo han hecho ya, a observar la cantidad de empresas, actividades, servicios y prestaciones que están de alguna forma patrocinadas o intervenidas por el gobierno autonómico de su Comunidad Autónoma. Pongamos como ejemplo las palabras del portavoz socialista de Castilla y León tras la aprobación por las Cortes Autonómicas de la reforma estatutaria: "Es una puerta abierta al futuro: con más derechos para los ciudadanos, más autogobierno y más protección para los ciudadanos" Obviando la cursilería de la puerta abierta al futuro, lo que me deja claro este señor es que me van a controlar todavía más con la excusa de que voy a tener más derechos y más protección. En resumen: “El listado de competencias, entre exclusivas, de desarrollo normativo y de ejecución, llega a 140 y de ellas 19 son nuevas respecto del Estatuto vigente.”

Estarán pensando ustedes que no hay nada extraño en sus palabras si tenemos en cuenta que el socialismo siempre se ha caracterizado por adoptar posiciones intervensionistas para garantizar derechos y protección a coste de mermar la libertad y el individualismo de las ciudadanos. Y es que esa es otra cosa a tener en cuenta: hemos pasado de ser personar a ser ciudadanos. Pero, como les decía, lo “extraño” es que esta reforma estatutaria de corte intervensionista también ha sido apoyada por los populares, que gobiernan en la Comunidad con una amplia mayoría. De hecho sólo se opusieron a la misma los leonesistas, y no precisamente porque defiendan el liberalismo y el individualismo, sino por su oposición a permanecer unidos con Castilla. Por lo tanto todo ello viene a confirmar mi teoría según la cual en bastantes Comunidades Autónomas apenas existen claras diferencias entre socialistas y populares ya que los representantes de ambos partidos mayoritarios no se sienten para nada a disgusto en un sistema intervensionista que les permite colocar a buena parte de sus militantes en asociaciones, cajas de ahorros, empresas con participación autonómica etc

Si los liberales tienen difícil ver satisfechas sus reivindicaciones a nivel nacional, en el ámbito autonómico no tienen absolutamente nada que hacer salvo raras excepciones como sucede con Esperanza Aguirre. Cuando hace unos cuantos años se comentaban todas estas cosas en casa (como ven todo se hereda) yo comprendía los planteamientos de mis padres, pero al mismo tiempo consideraba que el tema les generaba más indignación de la necesaria y que deberían obviarlo dentro de lo posible. Pero ahora que mis antiguos compañeros de pupitre se empiezan a introducir en las secciones juveniles de los partidos políticos comprendo la indignación que mostraban e incluso dirían que no sólo no era excesiva sino que había más bien resignación en sus palabras que otra cosa. Y, como les comentaba, es ahora cuando les entiendo, cuando gente que creció conmigo y que me demostró sobradamente su estupidez se posiciona hábilmente en asociaciones, partidos, consejos juveniles, fundaciones y demás “entes” financiado con impuestos públicos que tienen como único objetivo introducirles en el mundo político.

Y no lo duden, dentro de unos años habrán escalado posiciones a costa de pisotearse entre ellos y, aun con magulladuras, se habrán colocado todos en buenos puestos con amplios sueldos que en parte les estaré pagando yo. El entramado burocrático es inmenso y no parará de crecer hasta que gran parte de todos esos inútiles y aprovechados se aseguren un despacho y un coche oficial. Los más avispados serán consejeros, concejales, alcaldes, presidentes de diputaciones, procuradores o incluso ocuparán puestos de cierta relevancia en el consejo de administración de diferentes cajas de ahorros. Los menos serán colocados a dedo en puestos de menor rango. Yo quedaré relegado a la condición de ciudadano (ya ni siquiera de persona) Y es por eso, por ese rechazo al sistema de dictadura de partidos que padecemos, por lo que mis orientaciones políticas podrían ser calificadas de individualistas, liberales, contrarias a las listas cerradas, al intervensionismo, al partidismo rancio e hipócrita y favorables a la empresa privada, a los gobiernos limitados y a una democracia de verdad. Ruego disculpen mi pesimismo y la falta de fe que tengo en mis “representantes”.

5 Comments:

At 3/12/06 9:32 p. m., Blogger Samuel J. said...

No hay nada que disculpar, amigo Victrix. El pesimismo es una rara virtud cuando se habla de política, porque con tanto ingenuo suelto una postura pesimista no puede alejarse mucho de la realidad.

Es cierto que los gobiernos autonómicos son más intervencionistas, pero por la sencilla razón de que el liberalismo no se practica. En las regiones más nacionalistas, lo son también de un modo que se aproxima al totalitarismo. Aquí, en la Comunidad Valenciana, tierra del PP, pese a que hay una enorme prosperidad económica gracias al turismo, no puede decirse que los políticos prometan "autolimitarse". Sencillamente porque todos prometen prácticamente lo mismo y acusan a los otros de irresponsables. Nuestro alcalde ya ha protagonizado muchas escenas vergonzosas, y es que, quien nace político, dijérase que ha nacido para gobernar a su antojo. Siempre queda en el aire el supuesto "bien" de los ciudadanos, que es lo que les permite gobernar.

El problema es que la mayoría de los políticos no están dispuestos a renunciar a ese poder. Y muchos ciudadanos, hartos de la casta política que les gobierna, prefieren no votar, dejando el poder de elección en unos cuantos ciudadanos, muchos de ellos afiliados a los partidos políticos o simple gente de ideas fijas. Veo muy difícil que esto cambie, porque ni a los políticos les interesa renunciar a su poder ni a los beneficiados tomar una postura más liberal. Con sólo decirle que Montilla es el ídolo de muchos amigos míos que dejé repitiendo 2º de bachillerato...

Un cordial saludo.

 
At 3/12/06 9:51 p. m., Blogger El Espantapájaros said...

Y añadiría que justificada, muy justificada falta de fe, Victrix. Por ser mi segunda tierra, siempre encuentro especialmente interesantes sus artículos sobre Castilla y León, y encuentro allí varios frentes abiertos de extraordinario y vergonzante interés.

El PP, cada vez es más claro, es un partido nacido para el Estado, no para las autonomías, pues en ellas sus representantes, salvo raras excepciones (podría decir que Madrid, aunque hay de todo), producen el mismo sonrojo y rechazo, desde una postura más o menos liberal, o aun democrática, que los socialistas más pervertidos. Porque las CCAA se han convertido en una suerte de feudos, de reinos Taifas donde diversos y despóticos reyezuelos extienden a su gusto y manera unos gruesos tentáculos burocráticos, asfixiando literalmente al ciudadano, multiplicando la burocracia a base de impuestos y navegando por las alcantarillas de la corrupción (matizaría que los casos socialistas son aún más sangrantes, con vocación de PRI en Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha; por no entrar en el terreno de los nacionalistas, pues escapa a toda ponderación). Así se explica fácilmente que, en las reformas estatutarias que se nos vienen encima, todo sea un querer y querer competencias y blindajes. Quieren las manos bien libres para ejercer cuanto más poder, mejor.

El modelo autonómico en España, aparte de irreversible, es un desastre. Irreversible es, por supuesto (a ver quién le da marcha atrás ahora), pero, y el PP propone lo más correcto en ese sentido, se debe poner freno a la carrera actual de estatutos delirantes, limpiar a fondo las autonomías de corruptelas y reforzar el Estado, especialmente impidiendo que pierda más competencias e imponiendo su autoridad sobre los infames reyezuelos regionales.

Y acabo diciendo que al PP le pierden en muchas ocasiones sus líderes autonómicos. No todos, pero hay algunos francamente hórridos.

Un saludo

 
At 4/12/06 9:02 p. m., Blogger vitio said...

España vive una partidocracia bastante antidemocrática, que por otra parte es muy común en los países occidentales.
Respecto a lo que dice Espantapájros, yo creo que el Estado de las Autonomías ha conseguido que tengamos en España el mayor nivel de vida y de progreso de toda nuestra historia.
Un saludo, vitio!

 
At 6/12/06 6:27 p. m., Blogger El Cerrajero said...

Castilla y León es una de las comunidades a las que presto mayor atención y que me está preocupando especialmente por la inquietante línea que están siguiendo los mandamases populares.

De hecho me han soplado una presunta prevaricación que se está cociendo y que de confirmarse seré el primero en publicarla porque --a diferencia de la Izmierda-- a nosotros no nos duelen prendas en exigir el cumplimiento de la Ley a los del partido político que sea.

 
At 6/12/06 8:05 p. m., Blogger Nicholas Van Orton said...

Yo creo que los gobiernos autonómicos sólo persiguen el dinero: identidades nacionales, «ser una nación» o los derechos históricos, son la excusa para investir el peseterismo de un armazón ideológico y patriótico. Ése es el motivo por el que los adversarios en muchas cuestiones políticas luego se muestran a partir un piñón en temas estatutarios. Indirectamente, y casi sin perseguirlo, los nacionalistas se encontrarán con un resultado que no es su objetivo principal: una España debilitada, que les permitirá acceder al siguiente nivel de sus ansias de independencia o autodeterminación. Pongo como ejemplo a Cataluña. Todos los partidos, excepto P.P., se llenan la boca con la autodeterminación o con cualquiera de sus sinónimos. Sin embargo, ha sido CIU la que siempre se ha mostrado de acuerdo a llegar a «pactos de caja»: apoyo al gobierno de turno a cambio de más dinero, no de más poder. El crisol de las autonomías españolas se ha convertido en un zoco, donde los partidos minoritarios venden sus favores por monedas, por muchas monedas. Decir que España es un conjunto de reinos de Taifas, es concederle algún sinónimo de orden. Dentro de poco, y de seguir la actual trayectoria, España será un conjunto de clanes de señores de la guerra que, en función de la soldada, apoyarán o pactarán con el adversario del gobernante en el poder o con el Gobierno. Vuelve el shogun, los Taishogun y los Seii taishogun.
Saludos.

 

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