16.3.07

LIBERTAD FRENTE AL TERRORISMO

En primer lugar, y antes de entrar a tratar el tema de hoy, he de comentarles que durante las últimas semanas me han mantenido especialmente ocupado diversos exámenes y trabajos que he tenido que atender. A ello hay que unir mi deseo de concederme un pequeño descanso en lo que respecta a asuntos políticos para dedicarle más tiempo a alguna que otra actividad que tenía desatendida por falta de tiempo como sucedía con la lectura por ejemplo. A partir de ahora actualizaré este sitio con la frecuencia que venía siendo habitual, es decir, semanalmente, e igualmente volveré a comentar los escritos publicados en los blogs que visito habitualmente. Tras estas primeras aclaraciones paso directamente a comentarles el tema de hoy, sin olvidar que tenía pendientes otros dos escritos sobre los que trataré en las próximas semanas. Pues bien, como ya se podrán imaginar, me referiré a la gran manifestación convocada por el Partido Popular, a la reacción del Gobierno y de quienes le son afines y a la situación que está viviendo España en la actualidad.

Sin ser mi intención ser repetitivo, una de las cosas que tengo más claras sobre la banda terrorista ETA es que, a mi modo de ver, no dejará las armas mientras no consiga la independencia, la anexión de Navarra y la liberación de todos los etarras. Por lo tanto toda concesión que se haga a su favor no les va a persuadir de su objetivo final y únicamente servirá para hacerles ver que con el chantaje pueden ir consiguiendo poco a poco sus objetivos en caso de que exista un gobierno débil como el que padecemos en la actualidad. Y no sólo eso, sino que con esas concesiones lo que consigue es tener más fuerza para poder exigir nuevos objetivos con el paso del tiempo. Es este el contexto en el que debemos situarnos para poder entender cuál será el futuro de este “proceso de paz”. Los terroristas intuyeron la debilidad del Gobierno al ver cómo un atentado en Barajas que provocó dos muertos apenas hizo cambiar su postura y eso fue lo que llevó a De Juana a ponerse a dieta y lo que les llevará a exigir que se les permita una representación electoral. La única forma efectiva de derrotar al terrorismo es hacerle frente desde medios policiales y judiciales.

En el caso de la prisión atenuada al etarra, la explicación que dio el gobierno fue que se atendía a criterios de humanidad para evitar que aumentase la crispación o algo así, una excusa tan socorrida y políticamente correcta que obviamente carece de todo sentido ya que el efecto que ha producido es justo el contrario y muestra de ello son las manifestaciones y la situación social en que está inmerso el país, aunque sobre eso me referiré más adelante. De lo que se trata ahora es de destacar la explicación tan absurda que han dado para evitar reconocer que su decisión se debe al chantaje de un terrorista y que se enmarca dentro de la política de concesiones que se está adoptando con respecto a ETA. Como ya se ha comentado en varias ocasiones no es posible atender a criterios de humanidad cuando la situación la ha creado el propio sujeto, porque en ese caso se tendría que aplicar el mismo criterio con todos los presos que haya en cárceles españolas y que emprendan voluntariamente una huelga de hambre. También carente de sentido fue la comparación con la actuación del Partido Popular ya que en, primer lugar, muchas de las decisiones similares que tomó el anterior Gobierno no dependían de su voluntad sino de la ley y en segundo lugar no es lo mismo acercar presos al País Vasco que la decisión adoptada con De Juana. Asimismo, en caso de que se le pueda reprochar algo al PP en ese sentido, eso no hace que la actuación del PSOE vaya a ser menos rechazable.


En este contexto no es extraño que la actuación del Gobierno haya provocado una reacción popular que lleve a la gente a manifestarse y a mostrar su rechazo, ya sea a modo de concentraciones en ayuntamientos y plazas mayores o en grandes manifestaciones como la del pasado 10 de Marzo. Y es éste otro punto que me interesa comentar. Salvo actos de rechazo general, como sucedió con el 23-F o con los atentados del 11-M, nunca antes había acudido tanta gente a una manifestación en rechazo de una actuación concreta de un Gobierno y nunca la sociedad española había estado tan dividida y enfrentada como a día de hoy. Esta situación pone de manifiesto que el Ejecutivo está rebasando por primera vez en nuestra reciente historia democrática algunas líneas que se consideraban inamovibles como por ejemplo los criterios sobre los que se orientaba la lucha antiterrorista o los límites que no debían rebasar los nacionalismos. Desgraciadamente el señor Zapatero parece creer que con esa actitud tan inconsciente se muestra más inconformista, progresista y revolucionario. Eso no sólo le hace quebrantar esas dos líneas fundamentales sino que también le lleva a inexplicables alianzas con Marruecos (abandonando el Sahara a su suerte), a intentar aislar a un partido político, a rechazar la religión católica como nunca se hizo desde 1978, a enfrentarse tan abiertamente con Estados Unidos y otras políticas encaminadas en la misma línea.


También me gustaría destacar otros dos aspectos de la manifestación. El primero de ellos es la gran cantidad de gente que acudió, lo cual confirma lo que exponía anteriormente: Hay mucha gente que considera que se están planteando ciertas cuestiones que antes ni se imaginaban y consecuentemente el rechazo a esta situación es amplio, independientemente de cifras y de ideologías políticas. Con lo de las cifras me refiero al número de manifestantes, que ronda nada más y nada menos que entre 200.000 y dos millones. Lo que está claro son dos cosas. Una es que, fuesen un número u otro, nunca antes una manifestación parecida recibió tanto apoyo así que en ese sentido habría que analizar el dato en término comparativos con otras convocatorias. Y otra es que hay mucha gente que no pudo acudir a Madrid y que se opone frontalmente a la actuación del Gobierno, como me sucedió a mí sin ir más lejos. Es decir, que, obviamente, las personas que se oponen al señor Zapatero no son únicamente las que acudieron a la manifestación. Por otra parte, cuando me refiero a las ideologías hay que destacar que hay gente que se opone a lo que está sucediendo sin tener que ser necesariamente afín al Partido Popular. Incluso hay cierto sector socialista que, dentro de lo cuestionables que me puedan parecer sus ideas socioeconómicas, mantiene posturas respetables en lo que a política nacional se refiere.


Y el segundo aspecto sobre el que quiero llamar la atención es sobre la mala costumbre que ha arraigado en la izquierda española y que consiste en calificar de fascistas, fachas o “aguiluchos de la derecha más extrema” a quienes piensan diferente a ellos, una actitud que, dicho sea de paso, se comenta que fue ideada por el camarada Stalin en la Unión Soviética. (Por cierto, en la foto que se muestra en esa página, ¿Lo que hace Pepiño es decirnos cómo son de grandes los aguiluchos?) Lo que comento es especialmente preocupante porque hacía mucho tiempo que no se llegaba a utilizar tales términos en la sociedad española para definir a un amplio sector cuya única muestra de fascismo es oponerse a la excarcelación de un terrorista que ha matado a 25 personas inocentes. La muestra más inaceptable de semejante sectarismo fue la de llegar incluso a afirmar que quienes acudieron a la manifestación del 10 de Marzo recuerdan a los franquistas “incluso por el aspecto físico de los asistentes” Sinceramente me parece delirante. Por cierto, ¿Cómo es la cara de franquista? Vuelven a recordar una vez más el año 36 y a identificar la bandera española con la “derecha extrema”, que no “extrema derecha” ya que la utilización de este término les haría parecer más extremos todavía. Pero esperemos que la gente no se deje engañar, porque nada hay en la derecha de ahora que recuerde a la de entonces, cosa que no se puede decir precisamente de la izquierda. Y disculpen la utilización de las palabras “izquierda” y "derecha”, pues saben que no soy muy partidario de su uso en el ámbito político. Además no hay más que ver el civismo reinante en estos últimas manifestaciones con el de las celebradas contra la guerra de Iraq y la globalización.



4.2.07

TEMPORALES, EMBALSES Y CAMBIO CLIMÁTICO

Les comentaba la última semana que tenía previsto tratar un tema que, en la medida de lo posible, nos haría concebir con cierto optimismo el desarrollo del liberalismo en España en comparación con otros países. Finalmente he decidido dejarlo para la semana que viene ya que en estos días han tenido lugar unos sucesos que me gustaría comentar ya que de lo contrario ya no serían de actualidad. El primero de ellos es más bien ridículo y se refiere a la posición que adoptan la gente y los medios de comunicación cuando la situación meteorológica empeora sensiblemente y nieva un poco. Aprovechando el tema me referiré a otros temas tales como la situación de los embalses en comparación con las palabras de la ministra, el cambio climático y el apagón que se llevó a cabo para protestar contra éste.

Entrando en materia meteorológica he de reconocer que una de las cosas que siempre me ha llamado la atención es la importancia que se presta en nuestro país al empeoramiento del tiempo y en especial a la bajada de las temperaturas y a la nieve. No suelo ser yo una persona que vea muchos telediarios sino que más bien prefiero la prensa escrita o la radio, pero las pocas veces que he visto estos días pasados los telediarios me he encontrado con que uno de los titulares principales es que España se encontraba bajo los afectos de un temporal que se recrudecía por momentos; en otras ocasiones creo que lo llaman ola siberiana. Quizá suceda que mi punto de vista es el de una persona que vive en una zona que siempre se ha caracterizado por la nieve y el frío, pero no puedo evitar permanecer atónico al ver cómo se puede dar tanta importancia a unos copos de nieve y ocho grados bajo cero... Una cosa es mantener informadas a las personas a efectos de posibles desplazamientos automovilísticos, lo cual es perfectamente comprensible, y otra bien distinta es el circo que siempre se genera cuando nieva. Ya saben, la pobre señorita del telediario en plena Cordillera Cantábrica en medio de una ventisca y otras situaciones semejantes.

También hacía referencia a la situación de los embalses y a las palabras de la ministra Narbona, quien aseguró hace días que "España sufre la peor sequía de la historia". No voy a ser yo quien ponga en duda los problemas de agua que sufre el sureste de España, pero cuando la ministra realiza tales afirmaciones debe ser bastante más precisa y hacer referencia únicamente a los lugares que padecen la sequía y no a toda España, ya que sus palabras pueden no ser ciertas del todo. En primer lugar porque este año el agua embalsada en toda España es bastante superior a la del año anterior por estas fechas: 29847 hm3 frente a los 25370 hm3 o lo que es lo mismo, el 55.12% del total frente al 46.85% de hace un año. Además ese 55,1% dista poco del 58,6% que almacenaron de media los embalses en los ocho años anteriores. Y en segundo porque hay cuencas, como por ejemplo la del Duero, cuyas reservas se encuentran a más del 75% de su capacidad mientras que el año pasado al 52%. Por lo tanto la ministra debería matizar sus palabras y ser consciente de que la situación de los recursos hídricos varía mucho en función de la zona de España en que nos encontremos. Qué menos se le puede pedir a la ministra...

Entretanto un informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático nos alerta de que a finales de siglo la temperatura de la Tierra será entre 1,8 y 4 grados superior y el nivel del mar se incrementará entre 19 y 58 centímetros mientras que en España los efectos se dejarán sentir a modo de olas de calor, sequías y lluvias torrenciales. Dado que no soy científico no tengo los suficientes medios para rebatir estas predicciones, pero ello no significa que me las tenga que creer. En primer lugar porque yo no he apreciado por aquí un cambio climático que vaya más allá de lo que puede considerarse normal entre unos años y otros. En segundo lugar porque unas personas que tienen dificultad para predecir el tiempo más allá de diez días no creo que sean capaces de predecir lo que sucederá dentro de un siglo. Y en tercer y último lugar porque, pese a estar según se dice en un periodo de calentamiento generalizado del planeta, el año pasado se registraron en Europa temperaturas especialmente frías (sobre todo en el Este de Europa) y entonces nadie se acordó del famoso cambio climático. Por no hablar ya de que, hace décadas, se había dicho que la Tierra iba a sufrir un drástico enfriamiento.

Por lo tanto yo seguiré instalado en mis posturas “agnósticas” en lo que respecta al cambio climático y al margen de teorías catastrofistas que, como viene siendo habitual, suelen ser bastante erróneas como ya quedó demostrado con la gripe aviar o con las “vacas locas”, enfermedades que, en teoría, ya deberían haberse ensañado con la población mundial. El clima cambia desde siempre, alternándose periodos de glaciaciones y calentamientos y, aunque los defensores del cambio climático defiendan que en este caso el calentamiento se ha acelerado, nada hay que nos obligue a pensar que los ciclos climáticos deban ser proporcionales y estar estrictamente en relación con lo que sucedió en situaciones precedentes. ¿Acaso el futuro debe ser igual que el pasado? Qué importa, al fin y al cabo los políticos van a apoyar a toda costa las teorías catastrofistas de las ONG’s porque de lo contraria podrían perder votos. Apaguen ustedes los Ministerios si lo creen conveniente, pero a mí no me apetecía apagar la luz a las 19:55 entre otras cosas porque estaba estudiando y tengo unos exámenes que he de aprobar ya que a mí nadie me va a dar un puesto en el Ayuntamiento.

21.1.07

LA CONSTITUCIÓN DE 1978 ES MEJORABLE

Antes de tratar acerca de la Seguridad Social me gustaría comentar otros dos temas interesantes. Mientras que el primero de ellos se lo propondré esta semana y es una crítica al sistema político y económico español atendiendo a alguno de los artículos de la Constitución española de 1978, el de la semana que viene nos hará ver que, pese a las razonables críticas que merece nuestro sistema, podríamos decir que nuestra situación es relativamente decente en comparación con la de otros países de nuestro entorno en lo que se refiere al liberalismo.

Ya sea porque lo vivieron o porque nos lo contaron, buena parte de los españoles somos conscientes de la complicada situación política en la que se encontraba este país cuando murió Franco y de cómo las diversas fuerzas políticas tuvieron que renunciar en la medida de lo posible a sus aspiraciones para posibilitar la instauración de un sistema democrático. En otras palabras, mientras que la izquierda y los nacionalistas renunciaron a la implantación de un modelo republicano y federal, la derecha se comprometió a respetar que España se configurase como un Estado autonómico y descentralizado que reconociese cierta autonomía a las Comunidades Autónomas. Ese acuerdo se concretó en el chapucero título VIII de la Constitución.

En lo referente a la economía la derecha española, que por entonces era bastante menos liberal que ahora, se conformó con que se reconociese “la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado” (artículo 38) y el derecho a la propiedad privada (artículo 33). En el resto de aspectos referidos a esta materia, la izquierda y los sindicatos, que en aquellos años eran menos dóciles que ahora, se aprovecharon de la escasa presencia de ideas liberales para ver satisfechas varias de sus reivindicaciones.

Todo esto que comento se puede apreciar perfectamente en la Constitución. Sin ir más lejos, y como ya les comentaba hace algunos días, a pesar de reconocerse el derecho a la propiedad privada y a la herencia, el artículo 33.2 establece que “La función social de estos derechos delimitará su contenido, de acuerdo con las leyes”; incluso cabría destacar el hecho de que el derecho a la propiedad privada no viene recogido como uno de los derechos fundamentales del capítulo dedicado a derechos y libertades sino que lo considera un derecho no fundamental. Por otra parte en el título VII, dedicado a economía y hacienda, se asegura en el artículo 128 que “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general” y que mediante ley se podrá “acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general” Y, por si no era suficiente, el artículo 131 establece que “El Estado, mediante ley, podrá planificar la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa distribución”

He decidido citarles los ejemplos más evidentes, pero hay muchos otros, aparte de éstos, que ponen de manifiesto que la Constitución española difícilmente podría ser considerada un texto liberal en lo que a materia económica se refiere.

En el aspecto político, y como les comentaba anteriormente, es cierto que la Constitución de 1978 posibilitó la transición política y la implantación de la democracia en España en tanto que consiguió poner de acuerdo a ideologías de signos muy diferentes, pero mismamente se podría haber conseguido este objetivo sin haber redactado el título VIII de una forma tan lamentable y chapucera ya que no debemos obviar que las diferentes Comunidades no sólo no accedieron a la autonomía por la misma vía, sino que, una vez alcanzada la autonomía, no todas adquirieron de inicio el mismo nivel de competencias. Y, como comentaba hace bastante tiempo, más lamentable si cabe fue el modo en que el texto constitucional recoge el reparto de competencias ya que lo hace de un manera completamente ambigua que recurre frecuentemente a expresiones del estilo a “sin perjuicio de” o que simplemente otorga al Estado la potestad de fijar las “bases” de una determinada materia (artículo 149). Ha sido entre otras cosas esa ambigüedad en la redacción de la atribución competencial lo que ha posibilitado los excesos que de vez en cuando cometen las Comunidades Autónomas a la hora de ejercer sus competencias. Ya que las circunstancias políticas obligaron a implantar un discutible modelo autonómico, al menos deberían haberse tomado la molestia de delimitar convenientemente y sin ambigüedades los límites entre el Estado y las Comunidades Autónomas.

Lo que está claro es que, mientras que la derecha española se ha liberalizado en parte, los socialistas son cada día más partidarios de la progresía intervensionista y de los pactos con los nacionalistas, como ya hemos podido ver en Cataluña y en Galicia. Y es esa actitud la que ha obligado a la derecha española a apoyar de modo tan evidente una Constitución que, especialmente para el sector liberal, es desde varios puntos de vista criticable.

14.1.07

A PROPÓSITO DEL MERCADO

En su comentario al artículo anterior El Espantapájaros manifestaba su deseo de que se planteasen nuevos temas económicos, y la verdad es que su petición no pudo llegar en mejor momento ya que es mi deseo comentarles una anécdota al respecto. Llegadas las vacaciones navideñas, y como suele suceder en la mayoría de los hogares españoles, toda la familia suele reunirse algún día para celebrar una de esas comidas a las que es obligatorio asistir y que se caracterizan por la cantidad de estupideces que se afirman y por su tendencia a derivar en discusiones estériles e improductivas. Pues bien, en tan extravagante evento tuvieron la ocurrencia de plantear cuestiones económicas del estilo a las siguientes: “Lo que no veo bien es que haya gente que, trabajando menos, gane más que yo” o “lo bueno que tiene España es la Seguridad Social”, además de destacar cómo el Estado puede generar riqueza mediante la construcción de obras públicas. Lo más curioso es que tales afirmaciones fueron vertidas por gente que trabaja en el sector privado. Pasemos a analizarlas.

“Lo que no veo bien es que haya gente que, trabajando menos, gane más que yo” Tal afirmación no tendría nada de sorprendente si quien la dijo fuese comunista pero eso no es así y por lo tanto habría que aclarar al respecto que en el sistema de libre mercado el precio de los bienes y servicios no viene determinado por la cantidad de horas de trabajo empleadas en los mismos, sino por el valor subjetivo que los demandantes otorgan a éstos así como por su escasez. Si se quebrantase este principio tan básico el sistema de fijación de precios quedaría tan adulterado que la consecuencia sería un colapso económico digno de la antigua Unión Soviética o de Corea del Norte.
“La cantidad de trabajo o de otros bienes de orden superior utilizados para la producción del bien cuyo valor analizamos no tiene ninguna conexión directa y necesaria con la magnitud de este valor” “En la vida práctica, nadie se pregunta por la historia del origen de un bien; para valorarlo sólo se tiene en cuenta el servicio que puede prestar o al que habría que renunciar caso de no tenerlo. Y así, no pocas veces, bienes en los que se ha empleado mucho trabajo no tienen ningún valor y otros en los que no se ha empleado ninguno lo tienen muy grande” Carl Menger, Principios de Economía Política, Capítulo III.
Antes de entrar en el complejo tema de la Seguridad Social hay que prestar atención a la tercera cuestión planteada: “El Estado puede generar riqueza mediante la construcción de obras públicas” Para rebatir tal argumento debemos prestar atención a las explicaciones de Hazitt. La construcción de obras públicas que no son necesarias y que tienen como único objetivo la creación de empleo son engañosas ya que éstas son financiadas con el dinero que los particulares pagan a modo de impuestos y que, de no emplearse en la construcción de tales obras, sería invertido en otros bienes y servicios que ahora ya no van a venderse. Todo consiste en un tema de costes de oportunidad, esto es, que para poder elegir una cosa tienes que renunciar necesariamente a otra, con la diferencia de que los individuos y el mercado asignan eficientemente los recursos mientras que el Estado no tiene esa buena costumbre. El problema es que, como afirmaba el economista liberal, la riqueza destruida no se percibe pese a que sea mayor que la que finalmente se ha creado. Cosa bien distinta son las obras públicas que son necesarias y que no son construidas con el único objetivo de “expandir la economía”.


La siguiente afirmación no es tan disparatada aunque sí discutible en cierta medida: “Lo bueno que tiene España es la Seguridad Social”. Este tema es lo suficientemente complejo como para dedicarle un artículo entero aunque ello no quita de que podamos adelantar aquí algunas ideas. A menudo los intervencionistas se aprovechan de los temores de la gente y afirman que si no hubiese Seguridad Social las personas que se pusiesen enfermas morirían o que los ancianos no tendrían pensión. Pero si el mercado ha demostrado funcionar mejor que el sector público cuando se trata de prestar cualquier bien o servicio, ¿por qué va a ser diferente con la sanidad? Si actualmente la sanidad privada es cara es porque hay escasa competencia debido a la intervención del sector público. Si uno mismo administrase el dinero que el Estado nos sustrae para pagarnos la Seguridad Social y parte del IRPF y si el mercado funcionase en un entorno de libre competencia, seguramente la prestación sanitaria recibida sería de mayor calidad y sobraría para planes de pensiones. Porque el secreto de la Seguridad Social es que el dinero pagado no se capitaliza, es decir, que no se crea un derecho real a nuestro favor que nos permita reclamar todo lo que hemos pagado. La única excepción que cabría sería la de sectores sociales como los menores a los que, debido al principio del individualismo, no se les puede hacer responder de los logros de los padres (de quienes dependen) cuando se trata de temas como sanidad y educación. Pero si me lo permiten trataré este asunto con más profundidad en otro momento.

7.1.07

LO QUE NOS DEJÓ EL 2006

En primer lugar me gustaría desearles a ustedes un feliz año, pese a que siempre he considerado que no hay motivo alguno para celebrar el cambio de dígito ya que mismamente se podría haber decidido que el año comenzase en otra fecha. Particularidades al margen, durante estas dos semanas he podido disfrutar de unas vacaciones que no suelo aprovechar en verano, de igual modo que he leído algún libro interesante de economía y que me he mantenido informado sobre la actualidad política dentro de lo posible. A partir de hoy volveré a actualizar este sitio como hasta la fecha viene siendo habitual, es decir, a final de semana en función de las obligaciones que deba atender. Asimismo intentaré ponerme al día en los próximos días y comentar los artículos escritos en los blogs en los que habitualmente participo.

Y una vez dicho lo anterior pasaré a comentarles mi opinión sobre algunos acontecimientos acaecidos en el año que recientemente ha terminado. Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, he de comenzar por el reciente atentado de la banda terrorista ETA que no ha hecho sino confirmar lo que muchos ya nos temíamos y que algunos se negaban a creer: desgraciadamente los terroristas han vuelto a matar y a sembrar el pánico en España, esta vez en Madrid, poniendo así fin a la llamada tregua o alto el fuego permanente. El mal llamado proceso de paz de Zapatero resultó ser una trampa de la que ETA se aprovechó para obtener concesiones mientras intentaba engañar a muchos haciéndoles ver que a cambio de las mismas irían dejando la violencia. Pero los terroristas no dejarán las armas hasta que no se les conceda la independencia del País Vasco, la anexión de Navarra y la liberación de los presos. Como eso no se lo puede dar ni siquiera Rodríguez ZP, toda concesión que se haga no hará sino fortalecerles a ellos y debilitar el Estado de derecho. Lo mejor que podía hacer el señor presidente es dejar el cargo y hacernos un favor a todos los españoles, independientemente de la ideología que tengan.

En otro orden de cosas, y como ya viene siendo habitual en todos los años pares, la selección española de fútbol volvió a hacer el ridículo por el mundo, esta vez en Alemania. Tras un sorprendente primer partido, el juego de la selección fue de mal en peor hasta que nos topamos con Francia y la impotencia fue una vez más absoluta y esperada. Lo que convendría plantearse es si nuestra falta de oficio se debe meramente a aspectos futbolísticos o si en fondo se esconde un sentimiento de inferioridad y un escaso sentimiento nacional que se manifiesta en el deporte más seguido de este país. Porque sólo así se explicaría el éxito que a menudo se obtiene en baloncesto, balonmano, waterpolo y otros deportes individuales como tenis o automovilismo.

Otro asunto que nos dejó el año anterior fue la ley antitabaco, a la cual yo me opongo pese a no haber fumado nunca. Una cosa es prohibir fumar en los edificios públicos como forma de garantizar un mínimo respeto a quienes no fumamos, y otra cosa bien distinta es regular establecimientos privados como son los bares a los que las personas acuden libremente siempre y cuando los servicios ofrecidos satisfagan los demandados, como sucede en el libre mercado. Me pregunto si llegará un día en que nuestros dirigentes socialdemócratas respeten la libertad individual que se manifiesta a modo de contratos. Pero no acaba ahí el ataque al liberalismo ya que días más tarde los defensores de las “sensibilidades” se posicionaron al lado de los radicales y se opusieron a la libre publicación de las ya famosas viñetas; Occidente, con algún que otro politicastro a la cabeza, retrocedía otro paso frente a las teocracias.

Entretanto los amigos populistas de Zapatero se iban haciendo con el poder en Sudamérica en lo que algunos han llamado “el giro a la izquierda” Por fin nuestro lamentable presidente y su homólogo turco encontraron unos buenos compañeros de viaje para criticar el imperialismo estadounidense y el neoliberalismo salvaje que según ellos oprime a los pueblos del mundo, los mismos que al parecer van a salir de la pobreza a base de buenas dosis de nacionalizaciones, intervensionismo, restricción de las libertades individuales y Alianza de Civilizaciones. O eso creen ellos y los autodenominados intelectuales y artistas que son los encargados de difundir tan descabellado proyecto que mezcla populismo, socialismo e islamismo. Ya lo intuía Hayek, quien en la pirámide de las ideologías colocaba en la cúspide el liberalismo, y en la base, aunque alejadas unas de otras, las demás ideologías antiliberales y colectivistas, con la peculiaridad de que de unas ideologías a otras se podía pasar horizontal pero no verticalmente. Apuntado queda.

A nivel nacional, al margen del macabro regreso de ETA, seguimos preguntándonos qué fue lo que sucedió con el 11-M. Yo no soy quién para decir que la llamada “teoría de la conspiración” es cierta, ya que no soy ni policía ni politicucho para disponer de datos al respecto, pero lo que me parece muy extraño es que se nieguen a investigar todas las vías posible. Si para algunos dicha teoría es un absurdo y su refutación dejaría en evidencia a parte de la derecha española, ¿Por qué entonces se niegan a investigarla? También hay que destacar la marcha de Bono, que confirma que el Partido Socialista ha decidido abandonar el ya criticable camino de la socialdemocracia decente para derivar en la todavía peor progresía más sectaria y cuestionable que pacta allí donde se preste la oportunidad con nacionalistas excluyentes, dando lugar a estatuts intervencionistas. Y el que se oponga es un facha, término que ahora se emplea par definir a todo aquél que se opone al juego, ya se trate de liberales, de conservadores o de partidos como Ciudadanos de Cataluña, que a pesar de ser un partido de “centro-izquierda” parece seguir un camino más digno.

Seguramente olvido muchas cosas, pero no es mi intención aburrirles con acontecimientos sobre los que muy acertadamente ya escribieron ustedes en su día. Por lo tanto, y como ya les dije anteriormente, sólo me queda desearles un feliz año, y desear que en el 2007 se avance en la consecución de los fines del liberalismo.

17.12.06

EL EXPANSIONISMO NACIONALISTA

Ya lo adelantaba Charles de Gaulle hace tiempo: “El patriotismo es cuando el amor por tu pueblo es lo primero; el nacionalismo acontece cuando el odio por los demás pueblos es lo primero”. Quizá la frase sea un poco simple para explicar las diferencias entre ambos sentimientos, pero lo que está claro es que no iba muy desencaminada. Mientras que el patriotismo no pasa de ser un sentimiento de unión con tu propio país, el nacionalismo suele desembocar en posturas intervensionistas en las que la persona se ve supeditada al Estado quedando de este modo limitado el individualismo y la libertad. De hecho vemos que la historia nos ha dejado ejemplos de cómo los diferentes Estados han aumentado considerablemente las obras públicas cuando se incrementaba el sentimiento nacionalista.

Otra de las características que comparten todos los nacionalismos es su naturaleza expansionista que les lleva inevitablemente a interpretar la historia como más les conviene para encontrar una justificación que les permita alterar a su favor los límites geográficos entre Estados o regiones. Apoyándose en su teoría del espacio vital, Hitler llevó a cabo el Anschluss que supuso la inclusión de Austria en la Alemania nazi en 1938. Igual suerte corrieron los Sudetes y Checoslovaquia, y más tarde la invasión de Polonia fue el detonante de la Segunda Guerra Mundial. Salvando las distancias, me he encontrado con unos mapas en los cuales los límites de Galicia, Cataluña y el País Vasco se encuentran alterados en favor del territorio de estas regiones.



Como se puede ver en los mapas, Galicia comprendería tanto la Comunidad autónoma gallega como zonas de Asturias, León y Zamora. El País Vasco estaría compuesto por el territorio autonómico, Navarra y las zonas del País Vasco francés. Por su parte Cataluña comprendería toda la zona levantina. Lo más lamentable de todo es que estos nuevos límites carecen por completo de justificación histórica hasta tal punto que ninguna de estas tres Comunidades Autónomas ni son regiones históricas, ni han sido nunca países independientes ni existieron como nación hasta el surgimiento de un nacionalismo que desarrolló el regionalismo existente en esos lugares. Como se puede ver en el primer mapa, Galicia y el País Vasco nunca existieron ni tan siquiera como reinos. Galicia perteneció primero al reino de León y luego, al igual que las provincias vascongadas, pasaron a integrarse en la Corona de Castilla. Igualmente Cataluña siempre perteneció a la Corona de Aragón.


Entretanto el gobierno nacionalista y socialista de Cataluña (no uniré los términos por tener un poco de buena fe) ha puesto de manifiesto lo que comentaba anteriormente: El nacionalismo, y más aun si lo juntas con doctrinas socialistas, acaba derivando en un régimen intervensionista que se cuestiona algunos de los principios más básicos del liberalismo como son la propiedad privada y el individualismo. Leía el otro día en Libertad Digital lo siguiente:
“La Generalidad ha aprobado un proyecto de ley que permite expropiar la vivienda a los propietarios que la mantengan desocupada durante al menos dos años y hayan rechazado alquilarlo o recibir ayudas para rehabilitarlo”
Desde luego la medida parece no respetar del todo uno de los derechos más elementales de los Estados democráticos y liberales como es la propiedad privada. En el momento que una persona tiene la propiedad de un determinado bien debería ser libre de hacer con el mismo lo que crea conveniente sin que el Estado se entrometiese en cómo las personas hacen uso de los bienes que legalmente les pertenecen. Pero no podemos esperar menos si tenemos en cuenta que nuestra Constitución “Reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia” aunque “la función social de estos derechos delimitará su contenido, de acuerdo con las leyes” Por si no fuera suficiente el artículo 33.3 establece que “Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes.” ¿Qué significa eso de “utilidad pública o interés social”? ¿Será España alguna vez un Estado realmente liberal?

10.12.06

EL GOBIERNO DE RODRÍGUEZ ZP

Hoy estaba leyendo diferentes periódicos por la mañana y me encontré con una información preocupante proporcionada por Libertad Digital, en la que se podía leer que “Miguel Buen ha declarado que acepta que si el 75% de los vascos quiere la independencia, el País Vasco conseguirá la independencia” Fue entonces cuando me percaté de que hace ya bastante tiempo que no escribo sobre el Gobierno de Zapatero, el que es a mi modo de ver el peor que ha tenido España en su reciente historia democrática. El principal problema no radica únicamente en la escasa formación de quienes lo componen, sino en la ausencia de un proyecto y en que sus ideas parecen no tener criterio propio, sino que más bien se nos presentan como las opuestas a las que mantiene el Partido Popular. Y no es de extrañar si tenemos en cuenta que uno de los personajes más odiados por la izquierda española es Aznar, quien ha sido unos de los mejores presidentes que ha tenido España, a pesar de haber cometido algunos errores. Pero veamos la actuación del gobierno desde diferentes puntos de vista.

A nivel nacional la actuación del Gobierno de Rodríguez ZP se ha caracterizado por ceder ante los nacionalismos excluyentes a pesar de que, como ya comentamos en su día, resulta en cierta manera complicado de entender que un gobierno socialista se sienta identificado con movimientos políticos que buscan crear diferencias entre los españoles. Tanto en Galicia como en Cataluña se han creado gobiernos de coalición con los nacionalistas que nos han dejado sobradas muestras de incompetencia y de sectarismo. Pero es todavía más alarmante el caso del País Vasco a juzgar por el color que están tomando las negociaciones con la banda terrorista ETA. Mi postura al respecto es clara: los terroristas se van a mantener firmes en sus pretensiones, esto es, en la amnistía de presos, en la independencia del País Vasco y en la anexión de Navarra. Como el Gobierno no le puede conceder tales aspiraciones, ya que se estaría quebrantando la Constitución, lo que está haciendo es alargar lo máximo posible la tregua a cambio de darle a ETA todo lo que pueda dentro de las posibilidades que le permiten las leyes. Pero llegará un momento en que no le podrá dar todo lo que pide y en ese momento volveremos a la situación anterior a la tregua, pero habiendo cedido ante los terroristas.


En materia internacional el Gobierno socialista ha decidido seguir su propio camino, que viene a ser el que le marca el talante y la alianza de civilizaciones, es decir, el de permanecer entre los gobiernos occidentales y las posturas defendidas por líderes populistas, teocráticos y demagogos dependiendo del caso. Ahora ZP tiene nuevos amigos: Evo Morales, que mezcla las estructuras del estado moderno con la cultura indígena y con un socialismo intervensionista; Chávez, un populista a medio camino entre el socialismo, el movimiento bolivariano y el militarismo, todo ello adornado por un discurso contrario al “imperialismo” estadounidense. El presidente turco ha demostrado recientemente su talante en la visita que el Papa ha realizado a su país. Y por último observamos cómo guarda silencio ante la violación de los derechos humanos en Cuba o ante las aspiraciones nucleares de un personaje que niega sistemáticamente el holocausto. A la par que Zapatero se aleja de quienes defienden los valores occidentales, liberales y democráticos el prestigio de nuestro país desciende en el extranjero hasta tal punto que incluso en Senegal se encuentran en posición de reírse de la política inmigratoria del Gobierno.

En materia económica su principal virtud ha sido no variar en exceso las políticas seguidas por el gobierno anterior, y aprovecharse del impulso que Aznar dio a la economía española a base de privatizar empresas estatales ineficientes y de liberalizar el mercado dentro de lo posible. Así todo se ha dejado notar la mano socialista en los Presupuesto Generales del Estado, que han aumentado considerablemente el gasto en inversión en Cataluña en comparación con el resto de Comunidades Autónomas. En definitiva se podría decir que nunca un Gobierno ha demostrado tanta incompetencia en tan poco tiempo ya que debemos tener en cuenta que ni tan siquiera lleva tres años en el poder. A pesar de rechazar la partitocracia que padece el sistema político español, de oponerme a afiliarme a algún partido político y de criticar abiertamente a ambos partidos mayoritarios a nivel local y autonómico, el orden de prioridades me dice que en las elecciones generales hay que votar al Partido Popular. No porque comparta sus teorías o sus ideas, sino porque me parecen mucho menos rechazables y grotescas que las de ZP. Y, puestos a elegir, me quedo con lo menos malo, porque me da pánico imaginar un gobierno nacional en que socialistas y nacionalistas gobiernen en coalición.

3.12.06

REFLEXIONES PERSONALES SOBRE POLÍTICA

Cuando se trata el tema del intervensionismo estatal normalmente tenemos tendencia a interpretarlo como el conjunto de materias en las que el Estado central decide intervenir, pasando a menudo por alto que en España también nos vemos sometidos a un intervensionismo autonómico que, en muchos aspectos, no sólo iguala sino que supera con creces al del Estado central. Para comprobar esto que comento les invito a ustedes, si es que no lo han hecho ya, a observar la cantidad de empresas, actividades, servicios y prestaciones que están de alguna forma patrocinadas o intervenidas por el gobierno autonómico de su Comunidad Autónoma. Pongamos como ejemplo las palabras del portavoz socialista de Castilla y León tras la aprobación por las Cortes Autonómicas de la reforma estatutaria: "Es una puerta abierta al futuro: con más derechos para los ciudadanos, más autogobierno y más protección para los ciudadanos" Obviando la cursilería de la puerta abierta al futuro, lo que me deja claro este señor es que me van a controlar todavía más con la excusa de que voy a tener más derechos y más protección. En resumen: “El listado de competencias, entre exclusivas, de desarrollo normativo y de ejecución, llega a 140 y de ellas 19 son nuevas respecto del Estatuto vigente.”

Estarán pensando ustedes que no hay nada extraño en sus palabras si tenemos en cuenta que el socialismo siempre se ha caracterizado por adoptar posiciones intervensionistas para garantizar derechos y protección a coste de mermar la libertad y el individualismo de las ciudadanos. Y es que esa es otra cosa a tener en cuenta: hemos pasado de ser personar a ser ciudadanos. Pero, como les decía, lo “extraño” es que esta reforma estatutaria de corte intervensionista también ha sido apoyada por los populares, que gobiernan en la Comunidad con una amplia mayoría. De hecho sólo se opusieron a la misma los leonesistas, y no precisamente porque defiendan el liberalismo y el individualismo, sino por su oposición a permanecer unidos con Castilla. Por lo tanto todo ello viene a confirmar mi teoría según la cual en bastantes Comunidades Autónomas apenas existen claras diferencias entre socialistas y populares ya que los representantes de ambos partidos mayoritarios no se sienten para nada a disgusto en un sistema intervensionista que les permite colocar a buena parte de sus militantes en asociaciones, cajas de ahorros, empresas con participación autonómica etc

Si los liberales tienen difícil ver satisfechas sus reivindicaciones a nivel nacional, en el ámbito autonómico no tienen absolutamente nada que hacer salvo raras excepciones como sucede con Esperanza Aguirre. Cuando hace unos cuantos años se comentaban todas estas cosas en casa (como ven todo se hereda) yo comprendía los planteamientos de mis padres, pero al mismo tiempo consideraba que el tema les generaba más indignación de la necesaria y que deberían obviarlo dentro de lo posible. Pero ahora que mis antiguos compañeros de pupitre se empiezan a introducir en las secciones juveniles de los partidos políticos comprendo la indignación que mostraban e incluso dirían que no sólo no era excesiva sino que había más bien resignación en sus palabras que otra cosa. Y, como les comentaba, es ahora cuando les entiendo, cuando gente que creció conmigo y que me demostró sobradamente su estupidez se posiciona hábilmente en asociaciones, partidos, consejos juveniles, fundaciones y demás “entes” financiado con impuestos públicos que tienen como único objetivo introducirles en el mundo político.

Y no lo duden, dentro de unos años habrán escalado posiciones a costa de pisotearse entre ellos y, aun con magulladuras, se habrán colocado todos en buenos puestos con amplios sueldos que en parte les estaré pagando yo. El entramado burocrático es inmenso y no parará de crecer hasta que gran parte de todos esos inútiles y aprovechados se aseguren un despacho y un coche oficial. Los más avispados serán consejeros, concejales, alcaldes, presidentes de diputaciones, procuradores o incluso ocuparán puestos de cierta relevancia en el consejo de administración de diferentes cajas de ahorros. Los menos serán colocados a dedo en puestos de menor rango. Yo quedaré relegado a la condición de ciudadano (ya ni siquiera de persona) Y es por eso, por ese rechazo al sistema de dictadura de partidos que padecemos, por lo que mis orientaciones políticas podrían ser calificadas de individualistas, liberales, contrarias a las listas cerradas, al intervensionismo, al partidismo rancio e hipócrita y favorables a la empresa privada, a los gobiernos limitados y a una democracia de verdad. Ruego disculpen mi pesimismo y la falta de fe que tengo en mis “representantes”.

26.11.06

LA CRISIS BURSÁTIL DE 1929

La verdad es que los artículos económicos son poco habituales en los blogs, aunque no por ello son menos interesantes, especialmente los que están relacionados con temas históricos y que además pueden ser analizados desde las diferentes ideologías políticas y económicas referentes al intervensionismo en la economía. Un ejemplo podría ser el del crack del 29. Cuando un liberal comenta temas económicos con un intervensionista le suele rebatir los argumentos en poco tiempo ya que los tradicionales “fallos del mercado” son muy subjetivos y no son tan evidentes como pueda parecer. Una vez que han asumido que el mercado funciona perfectamente acaban por aludir a aspectos de justicia social y de redistribución. Y finalmente consideran como último punto a su favor la depresión del 29 como ejemplo de las devastadoras consecuencias que puede producir el capitalismo “salvaje”. Ese argumento también es erróneo.

En primer lugar hay que decir que el hecho de que Estados Unidos sea uno de los ejemplos más claros de liberalismo económico no significa que todo lo que allí suceda, ya sea para bien o para mal, sea efecto del capitalismo ya que ha habido momentos históricos en que han adoptado políticas más intervensionistas. Y en segundo lugar hay que añadir que la depresión del 29 no se debió a la falta de intervención, sino más bien al contrario, es decir, al incremento de la masa monetaria por parte de la Reserva Federal y a su posterior reducción. Ello se debió tanto al miedo a una recesión como al deseo de equilibrar los tipos de interés estadounidenses a los ingleses para evitar la fuga de dinero a EEUU. En Inglaterra el Banco Central se negó a subir los tipos de interés cuando era necesario de manera que, al ser estos especialmente bajos, los inversores ingleses preferían tener su dinero en dólares. Como a EEUU no le interesaba que su principal aliado europeo se debilitase económicamente, aumentó su oferta monetaria para hacer bajar los tipos de interés, igualarlos a los ingleses y evitar así la fuga de capitales.

El precio del dinero bajó y este factor, unido a la gran liquidez que produjo, hizo que aumentasen considerablemente las inversiones. Todo ello se empezó a reflejar en el mercado bursátil y muchas empresas observaron que una buena forma de enriquecerse era mediante la ampliación de capital y la revalorización de sus acciones. Es decir, que la principal fuente de ingresos de muchas empresas era más bien la especulación que el reparto de dividendos que podría tener una empresa eficiente que obtuviese sus beneficios de la actividad productiva. No obstante, y por improductivas que fuesen las empresas, los productos se vendían. Cuando el jueves 24 de Octubre unos deudores no obtuvieron compradores para sus títulos, los Bancos les requisaron las acciones para liquidar la deuda contraída. La venta de acciones por parte de los bancos y la falta de compradores hizo que la gente quisiese deshacerse de sus acciones lo antes posible por temor a una crisis.

De todas formas no se podía decir que el sistema estuviese completamente en crisis en Octubre de 1929 porque, como se ve en el gráfico, en 1930 todavía había beneficios. La explicación a esta situación es que hasta 1930 se redujo la oferta monetaria menos del 3% y a partir de ese año en un 30%. Efectivamente, la especulación surgió por un incremento excesivo de la masa monetaria y la crisis se produjo por una mala política de la Reserva Federal. Además aumentaron los tipos de interés. Intervensionismo mal aplicado. La Fed creía que la manera de poner fin a la especulación era enfriar la economía y reducir el dinero pero lo que realmente provocó fue que numerosos bancos careciesen de liquidez y quebrasen ya que no había dinero para devolver a todos sus clientes. Igualmente quebraron las empresas poco productivas que tenían como principal fuente de beneficios la especulación bursátil a través de la revalorización de acciones.

La gran depresión no se habría producido si la Reserva Federal no hubiese incrementado tanto la masa monetaria durante los años 20 y si no la hubiese contraído tan drásticamente en los años 30. Los bancos no habrían quebrado y las empresas no habrían cerrado. La solución correcta habría sido reducir los tipos de interés y mantener constante la oferta monetaria antes de que comenzase la deflación (caída de los precios) porque este fenómeno es mucho más perjudicial y difícil de controlar que la inflación. Los productores bajan los precios para cubrir al menos los costes fijos y no tener que cerrar y los consumidores, ante la constante bajada de precios, deciden no comprar en el presente porque presumiblemente los precios serán mucho más bajos en el futuro. Además aumenta el valor real de las deudas pendientes. Por cierto, el New Deal, que para algunos fue la confirmación de las teorías Keynesianas, lo que realmente consiguió es que la recuperación fuese más lenta. La conclusión que debemos extraer es que cualquier medida intervensionista incorrecta puede traer consecuencias nefastas para la economía. Esperemos no caer en los mismos errores.

19.11.06

LAS VERDADERAS CAUSAS DE LA POBREZA

Si algo quedó sobradamente demostrado a lo largo del siglo pasado es que las teorías marxistas eran incorrectas, y así se demostró tanto desde una perspectiva teórica como desde un punto de vista práctico, como se pudo ver con la gran diferencia que había entre el bloque capitalista y el bloque comunista en lo que se refería a desarrollo económico, libertades y progreso. De hecho yo suelo comentar que la construcción del muro de Berlín fue la muestra más evidente de que los propios dirigentes socialistas reconocían el fracaso de su gestión política y económica, aunque otra cosa es que lo quisiesen reconocer. Una vez que quedó demostrado que el capitalismo era el modelo a seguir, lo que se ha argumentado desde sectores autodenominados progresistas es que el capitalismo “salvaje” es el causante de la mayor parte de los problemas del planeta y, como no podía ser de otra manera, también del problema de la pobreza en el tercer mundo. Ya saben ustedes, las multinacionales explotan a los países pobres y los egoístas gobiernos occidentales no donan tanto dinero como deberían.

Sin embargo muchos países asiáticos han venido a confirmar que la liberalización de los mercados es capaz de aportar progreso y desarrollo económico a los países en desarrollo que se decantan por la fórmula del liberalismo hasta tal punto que bajo la denominación de “nuevos países industriales” han llegado incluso a competir en productividad con los productos occidentales. Esto resulta tan evidente que incluso China, un país considerado comunista, ha decidido optar por una apertura económica que le ha llevado a incrementar considerablemente su PIB en los últimos años; a este proceso liberalizador le han denominado “socialismo de mercado” Una vez planteados estos ejemplos hay mucha gente que se pregunta por qué motivo los países africanos siguen viviendo en la pobreza pese a los intentos por liberalizar la economía. Como comentaba antes, los progresistas y las Organización No Gubernamentales consideran que los motivos son tanto el capitalismo como el egoísmo de muchos países occidentales que se niegan a donar el famoso 0,07% de su Producto Interior Bruto. Pues bien, según creo yo los argumentos son falsos.

El principal motivo por el cual el continente africano se encuentra sumido en la más absoluta pobreza es principalmente la corrupción y la falta de seguridad jurídica. De nada sirve que nuestros gobiernos occidentales nos ahoguen a impuestos para enviar fondos a los países pobres si ese dinero lo reciben unas instituciones y unos dirigentes completamente corrompidos. Y es que no es la primera vez que aparece en el periódico un dirigente de un país africano rodeado de toda clase de lujos cuando los ciudadanos de su país mueren de hambre. E igualmente hay que tener en cuenta el factor de la seguridad jurídica ya que resulta evidente que ninguna empresa tiene interés en implantarse en un estado e invertir en proyectos a largo plazo cuando apenas se respeta el derecho a la propiedad privada y cuando la situación política es tan inestable que en cualquier momento se puede desencadenar una guerra civil o un golpe de Estado. El liberalismo económico es algo que debe ir íntimamente ligado al liberalismo político y al respeto de la propiedad privada.

Tampoco hay que olvidar que muchas ONG no contribuyen precisamente a terminar con la pobreza al oponerse al libre comercio, por no recordar que algunas de ellas tienen escasa transparencia o que otras de reconocido prestigio critican insistentemente la situación de los derechos humanos en EEUU en vez de centrarse por ejemplo en Cuba o en Irán, ejemplos de dictaduras comunistas y teocracias defendidas por los intelectuales frente al “imperio”. Tampoco hay que olvidar a la ONU, la institución de lo políticamente correcto que está completamente desprestigiada y en la que se mueven dictadores con total libertad. Los países pobres dejaron pasar una gran oportunidad a finales de los 70, cuando los tipos de interés no eran muy altos y podían haber devuelto parte de la deuda externa e invertirdo en empresas productivas. En los años 80 el precio del dinero subió y muchos países pobres cometieron el disparate de aumentar la oferta monetaria rápidamente, lo cual elevó la inflación. A día de hoy la solución es complicada, pero no tanto como parece: liberalismo político, liberalismo económico, seguridad jurídica y evitar guerras y conflictos civiles.

Por cierto, como ya han hecho otros, yo también quiero recordar la triste noticia de la muerte de Milton Friedman, uno de los grandes liberales del siglo XX y principal exponente de la Escuela de Chicago.

“Si un intercambio entre dos partes es voluntario, no ocurrirá a no ser que ambos crean que se van a beneficiar de él. La mayoría de las falacias en economía derivan de la negación de este concepto tan simple, de la tendencia a asumir que hay una traba insalvable, que una parte puede ganar solo a expensas de la otra”