UN PROBLEMA DE TÉRMINOS
Antes de nada, y después de mi primer artículo en que a modo de introducción resumía el carácter ideológico de éste blog, me gustaría hacer referencia al escaso rigor terminológico que impera en España en cuanto a política se refiere antes de empezar a tratar otros temas. La gente tiene serios problemas en conocer el verdadero significado de unos términos que emplean con total libertad y aplicándoles connotaciones que no tienen nada ver con su significado real y que encuentran su origen en la identificación de las tendencias políticas con esos términos, de los cuales se apropian y hacen suyos. Los más llamativo es que el sistema educativo no intente poner fin a este error de base.
Sin duda el caso más llamativo es el del republicanismo. Cualquier persona de otro país, aunque carezca de conocimientos políticos, llega a comprender que el republicanismo es una forma de gobierno en que el cargo de jefe del Estado no es hereditario ni vitalicio. Aunque ahora también se defiende que las formas de gobierno son el presidencialismo y el parlamentarismo. El caso es que en España el republicanismo está exclusivamente relacionado con la izquierda y la monarquía con la derecha (luego me referiré a los términos izquierda-derecha) Y me pregunto yo que tiene que ver la forma de gobierno con la ideología del mismo o que pensarían norteamericanos y alemanes si les dijesen que Bush y Merkel son socialistas de izquierdas.
Otro caso no menos extraño es el de la centralización estatal. Aquí el centralismo es de derechas y la descentralización es de izquierdas; Son los socialistas, que en teoría deberían defender la igualdad de todos, quienes persiguen un estado de autonomías de diferente categoría. Sin embargo Francia es un país que teniendo mentalidad socialista es el más centralizado de Europa; O Italia, donde la izquierda se opone a la reforma federal (recientemente rechazada en referéndum). Aunque si de algo puede presumir el socialismo español es de no buscar la igualdad, al menos en ésta última legislatura donde no dudan en pactar con los aldeanismos periféricos apoyando estatutos que a la larga empobrecerán más al pobre. Una actitud muy socialista.
También es digna de ser comentada la estructuración de las ideas políticas en torno a las palabras izquierda-derecha o rojo-facha cuando la verdadera distinción es la que hay entre intervensionistas (socialistas, comunistas, fascistas, nacionalsocialistas etc) y liberales. Los primeros buscan someter al individuo al Estado (cada uno a su manera) y los segundos defienden el libre desarrollo de la persona y la individualidad. Lo que sucede es que en España el sector liberal no solo no ha sabido promocionar sus logros sino que ha permitido que el socialismo se apodere de sus valores. Tradicionalmente intervensionista y corrupto, el socialismo ha sabido hacerse dueño de unos valores liberales que no le corresponden. Llegamos al punto de que regímenes totalitarios como el cubano, donde no se respetan las libertades fundamentales, no son vistos con malos ojos por el socialismo europeo que lo considera como un movimiento romántico o algo así. Muchos socialistas en sus orígenes eran partidarios de movimientos como el castrista, lo que pasa que el dinero y el cargo pesan mucho y ahora deben moderar sus simpatías aunque sea ante las cámaras. O ya ni eso al ver los aplausos entusiastas que le dedicaron a Evo Morales en el parlamento Europeo o la financiación al “estado” palestino.
Hay otros aspectos también extraños. Como el de identificar la bandera española con una ideología política y no con un emblema o símbolo de un estado. Alguno no se habrá dado cuenta de que la bandera actual no es igual a la bandera preconstitucional franquista. O si se han percatado de ello tampoco les importa mucho porque la seguirán identificando con lo que ellos llaman “derecha” También llama la atención que España es el único país que se avergüence de haber sido una potencia mundial. Algunos siguen creyendo que la situación actual de Sudamérica es culpa de España y no se dan cuenta de que hace 200 años que los estados sudamericanos se constituyeron como independientes y que en ese tiempo siguen casi igual que cuando los españoles nos fuimos; Mientras que hace 60 años Alemania estaba reducida a ruinas y actualmente es un estado de los más avanzados del mundo.
Mención aparte merece la idea que se les ha transmitido a los españoles de la Segunda República, esa utopía que pocos saben en que desembocó: asesinatos, colectivización, quema de iglesias, revoluciones, clausura de periódicos etc. Sin que con ello esté otorgando legitimidad al golpe de 1936 que fue eso, un golpe de estado. Pero si el golpe de estado está bien considerado como tal, el periodo republicano no debe ser tenido por un periodo en que se respetaron los derechos fundamentales.